Pocas veces somos testigos de historias reales que hablan del triunfo del espíritu humano sobre las adversidades. El pasado martes dentro del marco del Campeonato Mundial para menores de 17 años en Nigeria, atestiguamos la admirable reacción del portero del equipo mexicano José Rodríguez, Rodríguez había tenido un debut horrible en el partido contra Suiza el sábado pasado, los dos goles del equipo europeo contaron con la colaboración de Pepe. El primero, un tiro de larga distancia que no supo calcular y cuando se dio cuenta el balón ya lo había rebasado. El segundo, en su afán de mandar la pelota a tiro de esquina por encima de su travesaño terminó por manotearla y meterla en su propio arco. Imagínense la escena en la casa de este muchacho perteneciente a las básicas de Chivas, la familia reunida, la barbacoa calientita, los chescos, las tortillas, amigos, parientes y los gorrones de siempre, conforme el juego avanzaba y Pepe se equivocaba, la estancia se fue vaciando y solos quedaron los más cercanos, imagínense el sentimiento de sus seres queridos, teniendo al chamaco de 16 años tan lejos y sin poder consolarlo, sin poderle decirle cara a cara la frase más utilizada en la historia de nuestro deporte "échele ganas mijo, échele ganas".
Seguramente del sábado al martes, miles de cosas pasaron por la mente de José, lo primero obviamente: "Me van a banquear". Pero su técnico, José Luis González China demostró que además de diseñar estrategias es un ser humano comprensivo y desde su lugar de líder y formador de estos muchachos le otorga toda la confianza a Pepe y lo manda de nuevo a cuidar la portería, en esta ocasión contra el equipo representativo del país más poderoso del mundo en futbol, Brasil, ¡con la eliminación asegurada en caso de perder!
¡Qué partido tuvo José! Hizo al menos dos atajadas milagrosas, mantuvo a México en la competencia, y sus familiares más cercanos salieron a la Colonia gritando: "Ahora sí bola de méndigos qué traían". Bien por él, bien por González China y bien por los muchachos, ahora con el empate basta para asegurar un lugar como uno de los mejores cuatro terceros, claro el rival es duro, Japón, los nipones han perdido sus dos juegos, pero han dado tremenda pelea tanto a suizos como a brasileños, a los hijos del sol naciente sólo la victoria les sirve para tener esperanzas.
Hablando de satisfacciones de ver jugar a tu chavo o familiar en este Mundial, felicitaciones a la familia de Carlos Parra, medio volante del equipo Sub 17 de Santos Laguna que ya tuvo una probadita de jugar en este Mundial y a Daniel Guzmán que seguramente se emocionó viendo a su chavo con el nueve, luchando y corriendo para ayudar a su equipo en la victoria sobre Brasil.
P.D. Échenles un ojo, si pueden, al once y al dos de Brasil, Neymar y Crystian, estos dos chavos son las joyas del Santos de Brasil y es muy probable que vean acción el próximo once del once en la inauguración del TSM.
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