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La descarada impunidad

GILBERTO SERNA

Las escenas son desgarradoras. Los modernos medios de comunicación traen la información gráfica. Son los niños quemados en la hornaza de un refugio para bebés, donde se suponía que nada malo podría sucederles, que estaban a salvo. Un par de hombres son captados por la lente de una cámara fotográfica: llevan, en los brazos, niños seriamente quemados. Un uniformado que los acompaña quedó inmóvil en una postura que deja ver se movían apresuradamente. Luego, en foto distinta se ve al gobernador Eduardo Bours con la cara congestionada, suponemos que por los reclamos de los ciudadanos, pero a Dios gracias, la trae puesta pues la vergüenza no ha hecho que se le caiga. Está en la ciudad de Hermosillo, capital de Sonora. A menos de cuatro semanas de que se efectúen los procesos electorales que lo dejarán fuera, dado que será sustituido por quien resulte electo. Era hora de que se hubiera retirado del cargo para permitir que las investigaciones no se vieran entorpecidas por su presencia, dejando que siguieran su libre curso.

No ha dormido bien en estos días. Tiene un sentimiento de culpa que no puede ocultar. Se la ha pasado diciendo entre dientes incoherencias. Sus negocios van viento en popa, eso lo reconforta. No gusta de salir a la calle, se oyen gritos que no le agradan, recordándole a una pariente cercana. De un día para otro se le volteó el santo de espalda. Él no le prendió fuego al parvulario y sin embargo se le exige que renuncie. Los hombres que lo rodean, cobran sueldos muy gratificantes, le dicen que es inocente de cualquier acusación, que son testigos de su preocupación por el bienestar de los ciudadanos. Entra a su privado, lo recibe una foto de sí mismo en la que se le ve arrogante con el brazo derecho levantado, de seguro protestando el cargo. Le parece que fue ayer. Se retrepa en un sillón empezando a leer un comunicado dirigido a la opinión pública. Alguna empleada lo puso encima de su escritorio, es un ejemplar de un periódico. El artículo se titula "la verdad tras la tragedia en la guardería ABC". Dice su texto: esta tragedia se origina en una bodega, contigua a la guardería ABC. El inmueble estaba rentado por el Gobierno del Estado para la Secretaría de Hacienda Estatal. Tanto la bodega de Hacienda como la guardería ABC estaban en el mismo inmueble, compartiendo el mismo techo, con una pared medianera.

El dueño del inmueble (ABC y Hacienda) es el C.P. Gildardo Urquidez Serrano, uno de los tres socios de la guardería, es además coordinador de fiscalización del PRI Sonora, coordinador de enlace empresarial de la campaña de Alfonso Elías Serrano, candidato al gobierno de Sonora por el PRI. Es primo de Alfonso. Es socio de Sandra Téllez y Sandra Téllez es hermana de la esposa de Gildardo y es esposa del actual subsecretario de ganadería estatal Alfonso Escalante Hoeffer. Escalante es cuñado de Ricardo Mazón, compadre de Eduardo Bours Castelo. Escalante Hoeffer y Urquidez Serrano son miembros distinguidos de la asociación conocida como "Yo con Bours" e íntimos amigos de Juan Carlos Lam, presidente de dicha asociación y secretario técnico del Gobierno del Estado. Marcia Gómez del Campo es la otra socia. Ella es sobrina de Lourdes Laborín de Bours y está casada con el actual director administrativo de la SIUE, Antonio Salido, quien es primo del candidato Epifanio Salido, que juega por la alcaldía de Hermosillo. Antonio Salido es compadre de Antonio Astiazarán, coordinador de la campaña a gobernador de Antonio Elías" (el que en caso de resultar electo sucedería al actual).

Hasta aquí se ha hecho una transcripción parcial de lo que se dice allá, donde sucedió, sobre este tan lamentable asunto. El gobernador, con gesto agrio, lo estruja y lo arroja en la papelera.

Ninguno de los mencionados ha sido molestado, a lo mejor por ser inocentes de cualquier cargo, además de formar una bonita familia con intereses comunes. No se descarta que sea una mera coincidencia, ya que los culpables, a los que habrá que aplicar todo el peso de la ley, serían los ahora detenidos, trabajadores de menor rango como el caso del encargado de la bodega. No importa lo que diga la ex presidenta de México Unido Contra la Delincuencia, de que esto de detener chivos expiatorios refleja el nivel de impunidad en el país. No le hagamos caso, han sido consignados a los tribunales 14 presuntos responsables, archivistas, revisores, vigilantes y ¡ah! un transeúnte, que casualmente pasaba por el lugar, vendiendo paletas, en el momento del incendio. ¿Que tendrán la promesa de salir en libertad, pagándoles la fianza? nadie lo duda. ¿Que cuando el desastre sea olvidado, con el paso del tiempo, sus expedientes recibirán el debido carpetazo? ¿A quién le importa?

Es probable que Bours no reciba el premio del mejor gobernador del año, pero a cambio, es del todo posible que obtenga el premio al mejor hacedor de fortunas. En fin, con su poder de atracción, esperemos que la Procuraduría federal ponga a cada quién en su lugar, pues esta descarada exhibición de impunidad no favorece a nadie y que el gobernador recuerde lo dispuesto en el artículo 76 constitucional, sobre la separación del cargo de un gobernador al declararse la desaparición de poderes. Por fin Bours está en manos del Senado que encabeza su archienemigo Manlio Fabio Beltrones, como presidente de la Junta de Coordinación Política.

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