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La enseñanza desarrolladora en primaria

ROLANDO CRUZ GARCÍA

El desarrollo de la personalidad del alumno en edad escolar, principalmente en primaria, se concibe mediante la actividad académica y la comunicación en sus relaciones interpersonales, constituyendo ambos (actividad y comunicación) los agentes mediadores entre el niño y la experiencia cultural que va a asimilar en esta importante etapa de su formación.

Considerando lo anterior, resulta claro suponer que la actividad de aprendizaje, por sus características especiales en cuanto a organización y exigencias reúne potencialidades importantes para el logro del desarrollo de la personalidad del alumno.

En la primaria, desde el momento inicial, aparecen los procesos pedagógicos, los desempeños de los estudiantes y las competencias cognitivas que se lograrán desarrollar, lo que significa que será necesario propiciar en el aprendizaje y en las demás actividades extraclase, la oportunidad de interrelación entre los escolares para ejecutar tareas y trabajos; a partir de esto intercambian y logran la interacción social, desde la que van asimilando procedimientos de trabajo y normas de conducta, que logran actuando con sus compañeros y con el profesor, como mediadores de la cultura por asimilar.

Cuando el niño avanza en el plano de estas actividades consideradas como sociales, también incorpora y hace suyos conocimientos, normas, destrezas, habilidades y conductas y los aplica posteriormente de forma independiente en las tareas que realiza, lo que demuestra el logro de su desarrollo individual.

Estas consideraciones llevan a un aspecto de gran importancia en el trabajo de los docentes: el conocimiento que deben tener de lo que el niño puede hacer con su ayuda y la de otros niños, es decir, con la actividad social de interrelación que tiene cotidianamente.

Lo que el niño ya asimiló y puede realizar solo y de forma independiente, constituye un verdadero logro en su desarrollo (por ejemplo, un conocimiento declarativo, una habilidad, una norma de comportamiento, el desarrollo de procesos del pensamiento como el análisis, la síntesis, la generalización, entre otros).

Al primer nivel de trabajo -con ayuda- se le ha llamado nivel de desarrollo potencial, éste revela las posibilidades del niño para aprender; al otro nivel señalado, es decir cuando puede trabajar por sí solo, se le ha llamado nivel de desarrollo real, que es el desarrollo alcanzado y logrado por el estudiante.

A la distancia entre estos dos niveles evolutivos de desarrollo se le denomina "Zona de desarrollo próximo" (Vigotsky, 1939); distancia que debe tener en cuenta el profesor y que le permitirá que lo que es potencial en un momento dado se convierta, con su acción pedagógica o la de otros niños, en desarrollo real del escolar.

La Zona de Desarrollo Próximo (ZDP), además nos revela que trabajar con las potencialidades significa propiciar condiciones que permitan organizar la actividad de manera que el alumno opere con su comunicación y su relación escolar con los otros.

El profesor propiciará condiciones para que se realicen actividades en las que, por parejas, equipos y de forma grupal, el alumno pueda intercambiar sus criterios con los compañeros (acciones externas) y de relación social que le sirven de mediadoras para asimilar las exigencias y el procedimiento para el control y dominio de lo que hay que aprender.

No se trata de formar sólo a un niño que piense, sino y en buena medida, a un niño que sienta, que sea capaz de orientar su comportamiento a partir de hacer suyos, como normas y cualidades, los valores sociales más relevantes.

Lo anterior significa trabajar en unidad con lo intelectual y lo afectivo, para lo cual debemos tener en cuenta que el alumno es un ente que piensa y siente, que tiene necesidades propias, que su formación está ligada al auto-respeto y al respeto por los demás; consideremos entonces que la actividad escolar funcionará en la medida que atendamos sus intereses, preocupaciones, puntos de vista, etc. que sepamos transmitirle afecto, como condición esencial para que el proceso de desarrollo de su personalidad sea integral.

Para lograr el planteamiento de una enseñanza desarrolladora, se sugieren algunas estrategias: Estructurar el proceso a partir del protagonismo del alumno en los distintos momentos de la actividad de aprendizaje.

Partir del diagnóstico de la preparación y desarrollo del alumno. Atender las diferencias individuales en el tránsito del nivel logrado hacia el que se aspira lograr.

Organizar y direccionar el proceso de enseñanza aprendizaje, desde posiciones reflexivas del alumno, que estimulen el desarrollo de su pensamiento y su independencia cognoscitiva.

Orientar la motivación hacia la actividad de estudio y mantener su constancia, desarrollando la necesidad de aprender y entrenarse.

Desarrollar formas de actividad y comunicación que permitan favorecer el desarrollo individual, logrando una adecuada interacción de lo individual con lo colectivo en el proceso de aprendizaje.

Los aspectos teóricos anteriores, unidos a las exigencias y el desarrollo a lograr en la práctica escolar, nos permitirán hacer propuestas para el continuo perfeccionamiento de la escuela primaria, desde la proyección de los fines y los objetivos que tiene tan fundamental etapa del desarrollo escolar.

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