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La fiesta continúa en la nueva casa

Se comportan a la altura. A pesar de que ya no hay malla ciclónica que separe a los aficionados del campo, el buen comportamiento ha prevalecido en el estadio; sin duda, la gente de las primeras filas está más cerca de la cancha de lo que algún día pudo imaginar.

Se comportan a la altura. A pesar de que ya no hay malla ciclónica que separe a los aficionados del campo, el buen comportamiento ha prevalecido en el estadio; sin duda, la gente de las primeras filas está más cerca de la cancha de lo que algún día pudo imaginar.

EDUARDO SEPÚLVEDA

Llegó la hora de iniciar una nueva era albiverde y derribar 39 años de historia. Las paredes del viejo Corona caen mientras las del nuevo se tiñen de alegría. Hay poco tiempo para la nostalgia. La Liguilla llega como una cachetada de realidad. El presente es el Territorio Santos Modelo.

A diferencia de la inauguración, el partido de la jornada 17 del Apertura 2009 tiene repercusión oficial. Santos termina el torneo en el sexto general y se prepara para Morelia, su rival en los cuartos de final. La afición aún no se acomoda en la nueva casa, donde la idea es que también se convierta en el hogar del dolor ajeno.

"Está muy bonito. En primer lugar, uno ya no se tiene que venir tan temprano. El lugar está asegurado", comenta Pedro González, un aficionado que acostumbraba a ir a Sol en el anterior estadio. "Es para mejorar, aunque de entrada sí se siente el cambio. El ambiente, los lonches, las aguas, el "Komandante"... sí se extraña todo eso. Era como más estadio, pero falta acoplarnos. Gastamos un poco más, pero vale la pena", dice.

Quizá el único pero que le pone uno es la entrada, "hay mucho caos al entrar, y para buscar estacionamiento". A su lado, Javier Martínez hace una crítica: "el estadio quedó un poco grande para el equipo. Hay que hacer una contratación gigante, y a los que 'caminan', echarlos".

PORRAS UNIDAS

La nueva casa de los Guerreros ha sido bien recibida por su fiel afición. Aunque ya no hay que "madrugar" para escoger lugar en el interior, la gente toma sus precauciones y se dirige con tiempo al estadio. Algunas viejas costumbres irán desapareciendo. Todos los espacios tienen asiento y están numerados. No más apartados; la modernidad está en casa. Sin embargo, aún quedan detalles por arreglar.

"Nosotros teníamos un espacio en el que se distinguía lo que tocábamos, ahora se confunden los sonidos de los tambores", asegura "El Apache", quien llegó al Corona en 1988 y desde entonces había desatado su pasión en el mismo sitio. "Considero que la directiva de Santos debe poner un poco de atención para acomodar a las porras en su lugar, sobre todo para que se refleje el trabajo de cada una. Así estamos amontonados, no se respetaron de cierta forma los numerados. Pero es el principio de una cosa buena. Es nada más darle un poco de tiempo a la directiva para que entienda que las porras necesitan su espacio", agrega.

A su vez, Álvaro Manzanares da su punto de vista sobre el nuevo escenario. "Es para sentirnos orgullosos de tener una casa realmente como la afición de la Comarca Lagunera se merece", comenta sin poder esconder su satisfacción. "Los precios son accesibles, el problema son los lugares; todo lo demás está perfecto. El estadio es de primer mundo", y luego alude a la nueva actitud que se debe tomar para un inmueble del primer mundo. "La manera de salir de la gente ya es más decente; no hay 'aventones'. Ahora los líderes de las porras intervienen para controlar a su gente. Hace poquito hubo un conato de riña y los mismos de las porras intervinieron para que no pasara a mayores. Eso es un avance".

 UNOS PESOS MÁS

"Gasté más dinero porque ahora en lugar de comprar el lonche de afuera es una hamburguesa de 60 pesos. Estoy de acuerdo, nomás que la 'cheve' deberían de venderla aparte, como en el viejo Corona. Se junta mucha gente que va a comprar 'cheve' con la de la comida y se hace un caos; se pierde mucho tiempo; pero el estadio está muy bien; el ambiente, con ganas. Afortunadamente nosotros éramos abonados y pudimos comprar los boletos antes, porque al día siguiente fue un desastre", dice Carlos Trasfí.

Por su parte, Roberto Soto destaca la importancia del nuevo estadio. "El ambiente estuvo un poco serio por la situación del partido, pero un estadio como éste pocas veces lo vamos a ver en México", dice, luego de viajar algunas horas para presenciar el encuentro. "Vengo de Juárez, soy nativo de aquí, pero tuve que salir. Si hay boletos, vengo cada 15 días o cada que puedo. El estadio está muy bonito, como dicen a nivel nacional, de los mejores de América Latina. Qué bueno que nos tocó aquí en Torreón. Yo las veces que tenga oportunidad de venir, voy a volver; es el equipo de mi corazón. Aquí voy a estar toda la semana, me va a tocar la Liguilla y voy a tener la fortuna de disfrutarla en este nuevo estadio".

Por último, Paco González, sobrino de Roberto, recuerda cómo sufrieron el día en que se abrió el magno escenario. "El problema fue la inauguración, del 'nabo'. Mucha gente estaba acostumbrada al estadio antiguo, de que entrabas y te respetaban tu lugar, y aquí primero para buscarlo, luego una hora esperando. Los que venían del Estado Mayor Presidencial no sabían qué onda y nosotros menos. Ahorita estuvo más tranquilo, la gente ya supo cómo estaba y se vino desde las 2", y finaliza ya pensando en el año que viene: "para la temporada que entra: abono seguro".

 LO QUE VIENE

Conscientes de la situación y antes las dos principales quejas del respetable, la directiva del Santos ya toma medidas. La venta de cerveza se va a regularizar; se pidieron 280 despachadores para los vendedores, darán el servicio en las butacas; por otro lado, se ha hablado con las porras para que respeten los numerados.

"El sueño está hecho" es la frase que recibe a los visitantes del Nuevo Estadio Corona; y aunque faltan por arreglar los caminos que conducen al Territorio Guerrero, los aficionados ya pueden irse acomodando en su nueva casa y adoptando hábitos del primer mundo. Ahora es tiempo de acostumbrarnos a la modernidad.

Cuestión de adaptarse

Los aficionados cambian sus costumbres.

⇒ Con las localidades numeradas, ya no se pueden apartar los asientos.

⇒ Ya no hay que llegar tan temprano al estadio.

⇒ En vez de lonches, ahora hay comida rápida.

⇒ Las porras están juntas.

FUENTE: INVESTIGACIÓN EL SIGLO DE TORREÓN

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Escrito en: tsm

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