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La guerrilla al poder (mediante elección)

EL COMENTARIO DE HOY

FRANCISCO AMPARÁN

El domingo constituyó una fecha histórica para la pequeña y sufrida República de El Salvador. Y es que, luego de décadas de picar piedra, finalmente el Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional alcanzó la Presidencia; y no lo hizo a balazos, sino mediante los procesos e instituciones que reconocemos en una democracia funcional.

En efecto: según datos del organismo coordinador del proceso electoral, el periodista Mauricio Funes obtuvo el 51.8% de los votos emitidos, apenas por encima de su único rival, el candidato de la Alianza Republicana Nacional (AReNa), Rodrigo Ávila. Con ello, el FMLN desplaza a AReNa luego de dos décadas en que este organismo de derecha, nacido al calor de la guerra civil, dirigió los destinos de ese país.

Los primeros discursos de Funes como vencedor fueron de un notable pragmatismo: hizo un llamado a la conciliación nacional, a dejar atrás viejos agravios y rencores; dejó claro que su modelo es el brasileño Lula da Silva y no el Mico Mandante Hugo Chávez; y que la propiedad privada y la actividad empresarial no tenían nada que temer: si el FMLN nació como una entidad marxista-leninista, eso fue en otra época, en circunstancias muy distintas.

Al ganar estas elecciones, el FMLN se convierte en el primer grupo guerrillero en nuestro continente que, habiendo depuesto las armas y luego de transformarse en un organismo político legal, llega al poder a través de los mecanismos democráticos institucionales. Lo cual son excelentes noticias para Latinoamérica: desvirtúa el uso de las armas como mecanismo de cambio, y certifica que jugar con las reglas de la democracia puede redituar en éxitos y la puesta en práctica de los objetivos propuestos

Más notable aún es el hecho de que el FMLN y AReNa se enfrentaron violentamente en un conflicto sumamente sangriento en el período 1980-1992, cuando una feroz guerra civil, acicateada por la miopía de Ronald Reagan, dejó una pavorosa cauda de muerte y destrucción en El Salvador. Algunos de los fundadores de AReNa fueron miembros destacados de los notorios Escuadrones de la Muerte, que asesinaban impunemente a quienes ellos veían como "comunistas"

Con el fin de la Guerra Fría, la guerrilla se desarmó, incorporándose a la vida institucional salvadoreña. Y ahora, finalmente, alcanza el poder. Será cuestión de ver qué tan generosos son sus contrincantes, y cuán cauto será Funes para no suscitar recelos y confrontaciones.

Por lo pronto, a nivel retórico, los mensajes de Funes apuntan en la dirección debida. Ojalá que las cosas le salgan bien a ese maltratado país.

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