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La panza es primero

EL COMENTARIO DE HOY

FRANCISCO AMPARÁN

Los australianos se han ganado a pulso la fama de ser desenfadados, campechanos y a-gustote. En todo el mundo se tiene la idea que los habitantes del continente de A-Mero-Abajo (Down Under) se toman la vida con calma, sin mayores formalismos ni quebraderos de cabeza. Después de todo, es el país con mayor consumo de cerveza per cápita en el mundo (También, con esos calorones

Por ello, una noticia aparecida la semana pasada de plano nos consternó. Si ya hasta los australianos se ponen sus moños, entonces el fin del mundo está muy cerca

Aunque, viendo bien las cosas, los soldados australianos que pelean en Afganistán tienen algo de razón en sus remilgos.

No sé si sea por amistad de la buena, por hacer méritos o por simple anhelo de aventura, pero Australia ha seguido a los Estados Unidos en sus últimas intervenciones, a pesar de no ser miembro de la OTAN. En Afganistán hay unos mil soldados australianos, como parte del esfuerzo internacional por acabar con los Talibán y crear algún sentido de orden en aquel saladísimo país.

Claro que una cosa es pelear contra fanáticos enturbantados, y otra muy distinta comer mal. Y esto último provocó que los militares australianos ahora-sí-que tomaran las armas y se pusieran en pie de guerra

Resulta que en Afganistán los australianos se hallan estacionados junto con soldados holandeses de la OTAN, y comparten instalaciones y responsabilidades. Por algún desbarre burocrático, la cocina quedó a cargo de los muchachos cultivadores de tulipanes. Los australianos hallaron tan insípida y poco fresca la comida, que se quejaron ruidosamente ante su Gobierno. El Parlamento australiano, que es 1,987% más eficiente que el nuestro, en sesión de emergencia aprobó el envío de un grupo de cocineros nativos, con todo y filetes de canguro y ornitorrinco empanizado. Supongo.

El caso es que la deserción australiana fue contenida gracias a la rápida acción de sus diputados. Ahora sí podrán pelear a gusto, bien nutriditos. Lo que no queda claro es cómo tomaron el asunto los holandeses. Digo, a nadie le gusta que le digan que su comida sabe a tierra de la tolvanera de la semana pasada. Aunque conociendo a los hijos de los Países Bajos

Sí, sí existe eso que se da en llamar "carácter nacional".

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