La obsesión por lucir un cuerpo delgado lleva a muchos jóvenes, sobre todo mujeres, a caer en la pesadilla de la bulimia.
La obsesión por lucir un cuerpo delgado lleva a muchos jóvenes, sobre todo mujeres, a caer en la pesadilla de la bulimia.
Especialistas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) dicen que las víctimas de este mal sufren episodios impulsivos de apetito voraz que satisfacen con la ingesta de alimentos, luego intentan compensarlos con conductas anómalas como vómitos inducidos, abuso de laxantes y diuréticos, o dietas restrictivas.
Raíz del mal
Los pacientes de bulimia —que en México padecen cinco mujeres por cada hombre— tienen una percepción distorsionada de su imagen corporal, se ven como gente obesa, pese a que conservan su peso ideal o se encuentran por debajo de éste. El problema surge con mayor frecuencia entre las jóvenes de 13 a 21 años.
El doctor Enrique Camarena Robles, especialista del Hospital Psiquiátrico Regional Dr. Héctor Tovar Acosta, explica que el rasgo de la personalidad de los enfermos es la expresión reiterada de un miedo irracional al sobrepeso y su deseo por tener una figura esbelta, según patrones sociales.
Menciona que la bulimia se deriva del término griego boulimia, que significa “muy hambriento”, es decir, se refiere al consumo rápido y sin control de cantidades relativamente grandes de comida. Para la Organización Mundial de la Salud (OMS) se trata de un trastorno mental y del comportamiento.
Camarena señala que la causa precisa de este trastorno es desconocida. Las hipótesis indican que su origen podría estar en diversos factores que se manifiestan de manera aislada o en combinación.
Entre otros agentes se pueden encontrar los psicológicos, como la inmadurez emocional y falta de aceptación; psiquiátricos, como la relación directa entre bulimia y depresión manifestada en la mayoría de los casos; genéticos; socioculturales, como la imitación de patrones estéticos de moda; y familiares, cuando la célula social es sobreprotectora y rígida.
Camino perdido
El psiquiatra destaca que los factores socioculturales tienen gran peso en la extensión de la bulimia entre jovencitas, los estudios señalan que debe existir una predisposición a desarrollar el trastorno, que siempre tendrá como una de sus principales características el intento de la persona enferma por ocultar su condición.
El daño en el organismo causado por los episodios bulímicos incluye erosiones en el tracto digestivo (que va de la boca al estómago), con peligrosos sangrados en el esófago que llevan a la anemia, inflamación abdominal, pérdida de líquidos y, por tanto, niveles bajos de potasio, lo que predispone daño cardiaco.
Se registra aumento de caries y gingivitis, que en casos extremos llega incluso a la pérdida de piezas dentales y menstruaciones irregulares, entre otros.
El tratamiento del IMSS se da en dos vertientes: psicoterapia, para identificar y corregir conflictos psíquicos y tratamiento farmacéutico, a través de ansiolíticos y antidepresivos. Se busca integrar a la familia a las terapias, para la vigilancia y monitoreo del paciente, además de la interconsulta con un nutriólogo.
Los padres de familia deben estar alerta ante cualquier comportamiento anormal, sobre todo la obsesión por la imagen corporal y el sobrepeso, a fin de iniciar el tratamiento de forma oportuna.
