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La real importancia del directivo escolar

ROLANDO CRUZ GARCÍA

En otras entregas hemos hablado de la importancia de los directivos escolares desde su papel en el desarrollo de los procesos educativos que administran y de cómo deben actuar para lograr llevar a sus instituciones hacia lo que se ha dado por llamar "Escuelas de Calidad"; en esta ocasión vamos a abordarlo desde su relación con el currículum escolar.

Al intentar definir a los directivos escolares, en la realidad se observa que son sujetos socio-históricos con un cúmulo de nociones y creencias personales acerca de lo que significa educar. Son personas designadas o autorizadas para patentizar un poder de corte administrativo, en el que tienen que asumir la responsabilidad de organizar, operar y administrar un plantel educativo, para llevarlo hacia una escuela de calidad; demostrar además que su autoridad se manifiesta como una capacidad moral ganada.

Debe ser líder en gestión escolar, que promueva su escuela hacia una mayor autonomía institucional; innovador, desarrollando una estructura jerárquica flexible, así como ser un amplio conocedor de los planes y programas de estudio (SEP, 2002). Esto último va perfilando la idea de lo que le toca hacer al directivo en relación con el currículum.

En los últimos tiempos el sistema educativo se organiza a partir de la presencia y el trabajo de los docentes al interior de las aulas, esta modalidad solitaria y aislada se complementa con el acatamiento de órdenes desde el nivel central a partir de la emisión de circulares; así, directores y supervisores se convierten en vigilantes del acatamiento de dichas disposiciones.

Los esquemas organizativos altamente centralizados han demostrado impotencia para la reforma educativa, por su forma verticalista a través de los llamados programas piloto. Tales evidencias y experiencias de fracaso exigen dar prioridad a las unidades educacionales, que requieren de implementar reformas pertinentes.

Esto implica necesariamente la transformación no sólo de las escuelas, sino también de los propios directivos, en cuanto a las nuevas competencias que ha de poner en práctica, ante el desafío de coordinar una escuela autónoma -aunque no aislada-, y esto exige necesariamente nuevos aprendizajes (SEP, 2000). El director ha de conceptualizarse como un sujeto en constante aprendizaje, con una amplia apertura de crítica hacia lo que aparece como criterios de verdad; en la actualidad el director no llega siquiera a administrar el currículum, sólo los documentos administrativos que sostienen el control de un plantel, pero no la promoción de sus aprendizajes como unidad educativa.

Al aludir al centro escolar como unidad educacional cabe preguntarse: ¿Qué tanto los proyectos escolares provocan el tránsito hacia la elaboración del currículum? Si se considera al proyecto como una herramienta de regulación de la educación, que da cuenta de las estrategias que siguen las escuelas, la respuesta es no, no están dadas las condiciones para lograrlo; hay la posibilidad de seguir ejecutando, pero no de crear con base en una realidad existente.

Aquí se sigue concretando la definición de un director ejecutor del currículum, aunque se encubra con la idea de que busca llevar a buen término, el trabajo de los docentes en relación con los aprendizajes escolares. El director se convierte en gestor de una política institucional, apegada seguramente a una política cultural dominante, puesto que se le solicita aplicar estándares adecuados para las prácticas pedagógicas, organizacionales, administrativas y de vinculación comunitaria.

Los discursos actuales, que fundamentan al Programa Escuelas de Calidad, establecido en primarias a partir del año 2000 de manera formal, muestran diferentes roles de dirección y organización que se aproximan en mucho a la implementación tradicional del currículum; de tal forma que se define al director como un animador de la comunidad escolar, que motiva, facilita y estimula el proceso de mejoramiento de la calidad; se le identifica también como el motor principal, que debe conocer a fondo los procesos que suceden en la escuelas, es además el responsable de lograr mejores niveles de resultado, acordes a las necesidades de los usuarios.

La calidad empieza con una idea, con un plan establecido por el director, que se preocupa de las personas, en la medida en que se sientan orgullosos de su trabajo y actúen en consecuencia para mejorarlo. Debe ser capaz de idear y de conducir procesos de investigación que lleven a los centros escolares al conocimiento profundo de los logros alcanzados y los procesos desarrollados.A un director le corresponde impulsar, facilitar y estimular un proceso de mejoramiento de la calidad. Tener conocimiento del nivel logrado en cuanto a los estándares, imponer disciplina, promover el acceso a procesos de formación o estimular el avance (S. Schmelkes, 1992).

Para ser ejecutores del currículum, los directivos no han recibido una preparación profesional que les convierta en expertos, por lo que tendrán que prepararse, actualizarse, capacitarse, superarse, profesionalizarse; en fin, formarse permanentemente como directivos, para lograr actuaciones relevantes que se reflejen en sus instituciones.

Por lo anterior, me permito respetuosamente invitar a mis amigos directores, supervisores, jefes de sector y administradores educativos en general, a seguir desarrollando nuestras funciones, con un compromiso efectivo hacia el desarrollo curricular de nuestras escuelas.

Agradezco sus comentarios a:

Rolexmix@hotmail.com

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