Ser presidente de la República no es cosa fácil, pienso que ha de pensar don Felipe Calderón Hinojosa, jefe del Poder Ejecutivo de la nación, después de cuatro años de batalla contra el crimen organizado, contra los senadores y diputados federales, contra algunos gobernadores de Oposición, contra los críticos profesionales de la política, contra los partidos que no están en el poder y, en general, contra la opinión pública, cada vez más criticona y larga de lengua.
No es don Felipe, por otra parte, un funcionario inocuo y tímido, poco atrevido. A veces se engalla, bien a bien, con o sin mucha razón, y echa mano del espacio televisivo que le facilita el cargo presidencial para rezongar frente las críticas ajenas. Por ejemplo las encendidas respuestas dadas a las opiniones de algunos voceros y funcionarios de la Iniciativa Privada que bordaron grueso en la urdimbre de sus reacciones ante la crítica como primer mandatario de la República. En especial sobre los aumentos al presupuesto de ingresos en los capítulos del Impuesto al Valor Agregado y el Impuesto sobre la Renta: del 15 al 16 por ciento y del 30 por ciento, respectivamente.
El instinto opositor de hablar a la opinión pública en tono de contrarréplica hacia ciertos sectores de la ciudadanía es un recurso frecuente en el político michoacano, aprendido de su militancia en la Oposición panista. Calderón miró al toro de frente, con las banderillas en las manos y clavó los palitroques en el testuz del empresariado refunfuñador; mas no fue muy lejos por las respuestas: llovieron críticas y censuras a la incapacidad de sus intermediarios para conciliar un arreglo con la fracturada Cámara de Diputados, ya que ningún influyente partido político de los ahí representados quiso asumir la responsabilidad de sacar avante la iniciativa presidencial del presupuesto para 2010.
El presunto deber de aprobar con sensatez no fue asumido cabalmente, ni siquiera por su propio partido, ya que hubo diputados blanquiazules que no quisieron quedar mal con los empresarios que los tienen mas no los mantienen, para cabildear en el Congreso a favor de sus intereses, no para que les endilguen nuevas exacciones fiscales.
El Partido Revolucionario Institucional, por su parte, llegó a un acuerdo con el PAN, no por favorecer su declarada posición de cero aumentos fiscales, sino para sacar a tiempo la aprobación del presupuesto, pues... ¿quien querría quedarse a trabajar en prolongadísimas sesiones legislativas durante todo el mes de diciembre y sacrificar los sagrados días de Lupe a Reyes?
El parche mal zurcido a la iniciativa presidencial sirvió de paso para suavizar el golpe del IVA y del ISR ante los electores del PRI, y para que el PAN evidenciara no sólo su incapacidad electoral, la cual había salido a luz en las recientes elecciones federales y en las locales de Coahuila y Tabasco, sino también su notoria ineptitud en el manejo legislativo.
El Partido de la Revolución Democrática no estuvo en condiciones de imponer o negociar alguna solución importante, a pesar de que los diputados que lo representan ya hicieron colmillos viejos en la tramitología del Poder Legislativo. Votaron en contra y lo que les dieron, les dieron.
Pero mientras se aprobaba en el recinto legislativo el presupuesto del próximo año, en los medios radiofónicos, televisivos e impresos se inició una campaña de opinión pública con dos objetivos muy sensibles para el Congreso de la Unión: por un lado la eliminación de la representación proporcional en ambas cámaras y de refilón en los congresos locales y en los ayuntamientos del país; y por el otro para que este descarte impulse la calidad del debate legislativo al que mucho estorba la actual masificación ignorante.
Decidir sobre esto no será como hacer enchiladas. Sería más fácil sacar la aprobación de un IVA al 15 por ciento como obligación generalizada que dar el cuele a 200 diputados plurinominales que ya se acostumbraran a recibir los cheques quincenales, anuales y especiales de muchas cifras. Hoy, por lo pronto y como sea, el golpe contunde en el estómago del pueblo. Pronto veremos lo demás...