Esta semana se tuvo el espectáculo que significa la visita del presidente de la república a tierras laguneras. Cinco horas duró el paseíllo que hizo el titular del Ejecutivo federal en las tres ciudades más grandes de la Comarca: Lerdo, Gómez Palacio y Torreón.
Su presencia se aprovechó para acompañar a la inauguración de una nueva planta de Lala, sito en el parque Las Américas, además de visitar una nueva unidad del IMSS en Torreón. Por el lado de La Laguna de Durango, atestiguó el inicio de operaciones de una clínica del ISSSTE en Lerdo, además de "supervisar" la construcción de una unidad médica en Gómez Palacio. Se dio tiempo para anunciar que continuarán ampliando la infraestructura hospitalaria, con la promesa de la creación de una Unidad de Medicina Familiar del Instituto Mexicano del Seguro Social, para complementar el servicio de la Unidad de Medicina Ambulatoria ubicada en el ejido La Joya y que entró en operación hace dos meses.
Felipe Calderón hizo énfasis en la importancia de acelerar le entrega de edificios y equipo para prestar el servicio médico y poder atender a la mayor cantidad de personas que pudieran requerir servicio médico. En otras palabras, el Gobierno sigue realizando acciones para estar en condiciones de afrontar lo que se siga presentando por la epidemia de la influenza humana.
Es un hecho que con el paso de los días, se ha ido consolidando la opinión de que ciertamente la reacción del Estado ante el surgimiento del virus y las medidas adoptadas han sido acertadas, aun con los costos consabidos que han originado. Por ello el presidente hizo énfasis en la visita a las instalaciones médicas.
Sin embargo, el tema para los laguneros era la seguridad. Hace ya unos meses, se había gestado la idea de que Calderón vendría acá, justo cuando la crisis de seguridad llegaba a los peores niveles. En febrero, la cosa ardía como nunca y la información de entonces decía que el primer mandatario de México incluiría en su gira de entonces por Saltillo, una parada por acá. Al final no hubo claridad en la certeza en cuál era la agenda oficial, pero el presidente no vino, y dejó ávidos a los ciudadanos de poder tener una interlocución directa con el primer responsable de la seguridad nacional.
La dichosa reunión con el empresariado y con la presencia del gobernador Humberto Moreira y el alcalde José Ángel Pérez, fue en el club de Golf Montebello, y lo rescatable de ella es que los presentes pudieron decirle en su cara lo delicado que está la cosa de inseguridad y el actuar del hampa en la región, así como insistirle en que no desampare a los habitantes de Torreón reduciendo la presencia de la Policía Federal Preventiva. La respuesta fue el estribillo de los últimos días, de que la guardia no se bajará y se seguirá afrontando el crimen y bla, bla, bla.
Lo más rescatable es que el marco sirvió para nuevamente sentar a la mesa a Humberto Moreira y machacar sobre el tema, además de preguntar qué pasa con el famoso helicóptero tan prometido, para ayudar a la vigilancia.
Ni un turno laboral estuvo don Felipe Calderón en La Laguna, pero bien pudo haber sido el tiempo suficiente para que se siga presionando para rescatar a la ciudadanía del miedo y del crimen.