Foto: RENÉ ARELLANO
ESPERAN
José Isabel Luévanos y Pablo Franco, son dos de los 66 ladrilleros que fueron reubicados hace ya casi un año y aún están en espera de la entrega de las escrituras de los terrenos donde hoy tienen su obrador y trabajan con un equipo que les permite reducir la contaminación ambiental.
La liberación de las escrituras, la construcción de obradores para 48 ladrilleros y la entrega de algunos dosificadores de partículas sólidas, utilizados en la cocción de ladrillos, son algunos de los pendientes que tiene la actual Administración Municipal, para concretar el proyecto de reubicación de las ladrilleras.
María del Refugio Valdés Benítez, titular del departamento de Ecología de Matamoros, admitió que "entre unos de los detalles está la entrega de las escrituras, pues ya se tiene un convenio con los ladrilleros que faltan de reubicar, que una vez entregándoselas se derribarán sus obradores".
Con relación a los productores de ladrillo que aún mantienen actividad en el ejido Santo Tomás y lo que provoca "que los compradores no lleguen hasta acá, donde están los nuevos obradores", precisó José Isabel Luévanos.
"Estamos esperando las escrituras", comentó Pablo Franco, respecto a los pendientes en el proceso de su cambio de espacio.
48
LADRILLEROS
Están pendientes de ser reubicados, de un total de 114 que se localizan en Matamoros.
Competencia
Los productores de ladrillo que ya laboran en los terrenos destinados para su reubicación, consideran una competencia desleal que sigan laborando los antiguos obradores.
