En sentido contrario al pronóstico oficial de que la niebla empezará a escampar a partir del segundo semestre del año, las señales apuntan a que lo peor del coletazo de la crisis global en México está aún por llegar
De hecho, el año próximo se ubica como el más crítico, dada la perspectiva de menos petróleo, cero cobertura, caída de remesas y pérdida dramática de exportaciones
Y aunque el vaticinio más optimista para este año plantea una caída drástica de la economía con recesión al calce, el escenario está muy lejos aún del que pintó de negro al país en 1982 y 1995.
De acuerdo al promedio de las estimaciones de la banca extranjera en el país, la caída en el Producto Interno Bruto que se inició en el cuarto trimestre del año pasado con un saldo negativo de uno por ciento, se extenderá a lo largo y ancho de éste.
El augurio habla de un primer trimestre de -0.8%, un segundo de -1.6%, un tercero de -2.5% y un cuatro de -1.2%.
Lo peor, pues, llegará entre julio y septiembre.
La caída en el año será de 1.6%.
Más allá, nadie se atreve a aventurarse la bola de cristal.
Sin embargo, se calcula una tasa de inflación de sólo 5%, frente al 0.7% de Estados Unidos, y un nivel de desempleo de entre 5.1% y 5.5% de la población económicamente activa
En el comparativo, empero, desde otro ángulo, mientras las tasas de interés de corto plazo en Estados Unidos se mantendrán en cero, las de nuestro país saltarán a 7%.
Ahora que los pronósticos se sustentan en que el gobierno cumpla a cabalidad los programas anticíclicos anunciados, es decir, apoyo al empleo, apoyo a la economía familiar con menores precios de energéticos, reducción de las tarifas eléctricas industriales
Más allá, se deberá mantener firme la promesa de un gasto sin precedente en materia de infraestructura; hacer más transparente el gasto público, y lograr que éste se invierta con mayor oportunidad y eficiencia.
Sin embargo, el contagio de lo que se ha calificado de un escenario peor al de la Gran Depresión en Estados Unidos está latente.
De entrada, la posibilidad habla de una mayor baja en el precio del petróleo y otros commodities como acero, cobre, zinc, aluminio
Adicionalmente, es previsible un desplome de las exportaciones de la industria automotriz y de bienes de consumo duradero ante un severo recorte de los gastos discrecionales de los consumidores de Estados Unidos, dada la desaparición de la mitad de sus fondos de ahorro para el retiro y la caída brutal en el costo de sus propiedades.
En el escenario está un dramático descenso en la inversión extranjera directa, cuyo mayor cúmulo de apuestas llega del vecino del norte.
Adicionalmente, a la evidente caída de remesas de trabajadores migrantes por menos empleos y menores salarios, se sumará otra en materia de turismo y una más en el renglón de transacciones fronterizas.
Y aunque la devaluación de la moneda mitiga en alguna forma los estragos de la depresión estadounidense, del otro lado de la moneda encarece las importaciones
Por lo pronto, el principal "foco rojo" se ubica en el sector automotriz, cuya participación en el PIB alcanza 3.3%, representando en paralelo el 1.8% del sector manufacturero.
Sus exportaciones representan 23% del total del país, en tanto acapara 6% de la inversión extranjera directa.
En el plano laboral, la industria genera un total de un millón 396 mil empleos.
Solamente en la producción, la nómina alcanza 816 mil; en autopartes 957 mil; en producción de camiones 10 mil, y en distribución 109 mil.
En el negocio de automóviles usados participan 9 mil empleados.
Se diría, pues, que las variables están sostenidas con alfileres en un escenario en que los industriales de transformación anticipan una mora en sus pagos al fisco; el crédito se mantiene caro y escaso; la tensión social está creciendo, y las empresa familiares se desmoronan.
La noche será larga.
Las señales apuntan a uno encontronazo al interior de la Concamín, que podría derivar en un cisma, en cuyo escenario cada uno de los candidatos a la presidencia del organismo se quedaría con un girón.
La manzana de la discordia es una modificación de los estatutos internos que obliga a exigir a las 62 Cámaras y Asociaciones afiliadas que estén al corriente en el pago de sus cuotas para ejercer su derecho de voto.
El problema es que el 30 por ciento de ellas se ubica en tal escenario.
Descartadas, pues, éstas, el candidato que obtuviera 21 votos sería el vencedor de la pelea, lo que le quita legitimidad al proceso.
El problema es que en la fase previa se debió notificar a la Secretaría de Economía sobre los morosos para que ésta, en tal caso, decidiera si votaban o no.
Por lo pronto, independientemente de si gana el industrial del vestido Salomón Presburguer, o lo hace el director de Relaciones Institucionales del Grupo Modelo, Raúl Rodríguez Márquez, el perdedor de la pelea es el actual presidente, Ismael Plascencia, quien descuidó el proceso.
Esta se cerrará el próximo viernes.
REAPARECE SLIM
Quien reaparecerá esta mañana tras la formidable polvareda oficial que levantó su discurso en el Foro convocado por el Congreso para ubicar salidas frente a la crisis, es el magnate Carlos Slim.
El empresario acude a la presentación de los proyectos de la firma española de telecomunicaciones Oesia para clientes potenciales, en seis sectores clave del país: Administración pública, salud pública, industria, finanzas, energía y telecomunicaciones.
La compañía está catalogada como la segunda en su ramo en el país ibérico, con presencia en siete países.
El arranque de sus operaciones en México está, pues, a la vuelta de la esquina.
Al evento, en el Club de Industriales, acuden también el ex presidente de España, Felipe González, y el presidente del Consejo Mexicano de Comercio Exterior, Valentín Díez Morodo.
MABE GANONA
Quién tendrá ganancias dobles con el programa de sustitución de refrigeradores que impulsa el gobierno federal, será la empresa Mabe, primero al ubicársele como la mayor proveedora en el proyecto, y segundo al concesionarle la destrucción de los aparatos viejos vía sus 42 centros instalados en el país, que representan más del 70 por ciento de los existentes.
Se calcula que será 180 mil los refrigeradores a sustituir.
La ayuda oficial para las familias será de cuatro mil pesos