Las Águilas se acuerdan de ganar en el Azteca
Logra América quinta victoria en su casa.
MÉXICO, DF.- El Estadio Azteca (al sur de la Ciudad de México) no disfrutó del mejor futbol de la jornada, pero el sufrido triunfo sobre Atlas le supo a gloria a jugadores y afición de las Águilas.
Dos chispazos -de Salvador Cabañas y Jean Beausejour- le dieron vitalidad al América en la lucha con la porcentual. La victoria 2-1 lo aleja aún más de los mismos Rojinegros, para aumentar puntos en ese colchón de cinco equipos por debajo en el famoso cociente.
En los últimos tres torneos el América solamente había ganado cuatro partidos en el Estadio Azteca, dato nada alentador para un equipo obligado al triunfo por naturaleza. Ayer sumaron la quinta victoria en territorio propio, justo en el segundo duelo del Apertura en casa.
El técnico amarillo, Jesús Ramírez, ha buscado mover las piezas que tiene a su mando para detener el vuelo en picada. Y aunque la victoria justifica los movimientos extremos del estratega, como tener a Beausejour de escudo junto a Pavel Pardo, o a Enrique Esqueda como volante muy lejos de la meta rival, queda la sensación de que los elementos emplumados no se sienten del todo cómodos.
De inicio ante el Atlas de Ricardo La Volpe, los americanistas lucharon por acomodarse a las exigencias de las variaciones en el dibujo inicial y hasta se podía ver a algunos con la mirada hacia la banca en busca de alguna respuesta a lo que no entendían al momento de ejecutar. Los visitantes, conscientes del desconcierto rival, comenzaron a tocar el esférico, aunque sin gran profundidad.
El aparente dominio del Atlas se rompería con el primer chispazo amarillo: Enrique Esqueda voló la línea defensiva tapatía para dejar a Cabañas perfilado. Al minuto 17, el paraguayo fue tan letal como de costumbre.
Pero en la agenda de trabajo de Ramírez todavía existen puntos por pulir, como la marca a balón parado. Los descuidos defensivos, muy recurrentes en el equipo durante los últimos torneos, abrieron el camino a la igualada atlista. Ismael Fuentes marcó el empate en tiro de esquina. Estaba solo, de ahí la molestia del estratega local, quien de esas ha vivido muchas.
Con la igualada, el encuentro se volvió cansado por parte de ambos equipos, que se ocupaban más en solucionar viejos errores, que en generar. Más tranquilos para el complemento, los futbolistas del América se plantaron para esperar uno de esos yerros del rival. El Atlas perdió acomodo con los cambios de La Volpe y perdió en el renglón de la coordinación defensiva, que de inicio no tenía tanta fuerza.
Mientras la afición local esperaba que el golpe de la victoria viniera de las piernas del atacante paraguayo fue Beausejour el encargado de darle números a los de amarillo, cuando recogió un rebote a disparo de Ángel Reyna que pegó en el travesaño y solamente empujó a la salida del meta Barbosa (60’).
Todavía hubo tiempo para que la juventud del Atlas le diera una oportunidad de repartir puntos, pero hasta la fortuna jugó del lado americanista. Un par de remates rojinegros pegaron en el poste de la portería de Guillermo Ochoa, quien detuvo otras dos y cumplió con la cuota en su regreso al once emplumado tras los compromisos con la Selección Nacional.
Urgidos de triunfo, los americanistas exigían a silbidos el final de un encuentro que vivió pasión hacia los minutos finales, producto de la desesperación por empatar de la visita y la angustia de sacar los tres puntos por los de casa. El silbante Marco Rodríguez, discreto sobre la cancha, terminó con la impaciencia de todos y pitó el final.
