Las manos que construyen un sueño lagunero

Anónimos. Sin mayor recompensa que el recuerdo. Su trabajo diario ha transformado el desierto estéril

en el campo donde florecerán, seguramente, nuevos campeonatos.

La construcción no se detiene. Los días pasan y cada vez más pares de manos se unen a la obra. El Territorio Santos Modelo está en proceso de convertirse en una realidad.

"Apenas es nuestro primer día aquí", dice un hombre mientras desenrolla un cable, "estamos checando lo eléctrico".

Ha pasado más de un año (20 de abril de 2008) desde la primera colada de lo que será la nueva casa de los Guerreros, porque aquí, en la Comarca, el banderazo a la realización de este sueño no fue con una "primera piedra", sino con una colada, como orgullosamente lo anunció su presidente, Alejandro Irarragorri.

Pero el sueño ha existido desde hace muchos años, cuando el Estadio Corona se volvió insuficiente para albergar la pasión de una comunidad volcada por los colores que la unió e identificó: el verde y blanco.

Hoy, cientos de hombres (y un par de mujeres) trabajan en los terrenos de lo que será la nueva "Casa del Dolor Ajeno". "(Es) una gran satisfacción estar trabajando para el estadio. Sí me gusta ir, y espero estar aquí cuando esté listo", dice Óscar, santista de corazón, aunque reconoce que su pequeño hijo lleva otros colores. "Tiene 8 años y es americanista, pero aún está a tiempo de cambiar".

Metros más adelante se encuentra César García, quien viste orgulloso una réplica de la casaca del Tricolor, pero su corazón lagunero lo traiciona al instante. "¿Te imaginas

"Con orgullo y entusiasmo, ojalá y todos los juegos aquí sean para Santos". César y su esposa tienen una niña, y al tiempo que admite nunca haber tenido la oportunidad de estar en el Estadio Corona, se ilusiona al pensar que en el nuevo podrá asistir con toda su familia.

"Va a quedar chidote. Vas a estar más chido que en el Corona", asegura Víctor Huidrogo. Y mientras recuerda con nostalgia los buenos momentos del Corona, habla sobre las bondades del nuevo escenario, "aquí vamos a caber más gente, aunque luego uno se acuerda de los jugadores que fueron campeones en el Corona".

"Se siente bien, porque estamos colaborando con algo para todos los laguneros. Aquí andamos, echándole ganas, porque estamos en las alturas y está canijo", comenta Manuel Martínez Franco, quien sabe del riesgo que corren él y sus compañeros. "Hay que tener cuidado al andar en las alturas". Según él, aproximadamente hay como unas 500 personas trabajando en la obra.

"Yo ya tengo de nueve a 10 meses". Manuel, junto a seis de sus compañeros, son originarios de Francisco I. Madero.

"Yo soy albañil y ando pegando puros bloques", dice Ramón Suárez. "Tengo quince días. Quieren terminar más pronto y están metiendo gente. Todos estamos poniendo un granito de arena. Soy lagunero, y estoy poniendo algo. Soy de 'Chávez' y, aunque le voy a Pumas, ahora también al Santos". Ramón tiene un pequeño hijo, de apenas cinco años, y ya piensa que en un futuro su niño dirá con orgullo: "aquí estuvo jalando mi papá".

Por su parte, Sarahí Martínez Resendiz es una de las dos mujeres que trabajan en la construcción. "Junto escombro y quito mezcla", dice mientras barre lo que serán las tribunas del inmueble. "Nada más llegué así, a pedir trabajo. Ya tengo como dos meses y no se me hace pesado, estoy acostumbrada a trabajar

"Iba al otro (estadio), pero me da gusto que vamos a entrar a una nueva casa. Iba a todos los juegos, allá trabajaba de limpieza. Tengo bien puesta la camiseta".

El sueño no se detiene. Día a día, ladrillo a ladrillo, estos hombres que suelen estar en el anonimato son los responsables directos de la obra del año, la máxima en los 25 años del club albiverde.

Crisis económica, clima de inseguridad, altas temperaturas y contingencia sanitaria no han sido capaces de frenar el paso del Territorio Santos Modelo, por donde ya pasaron un ex campeón mundial de boxeo, un director técnico de la Selección Mexicana y los dirigentes de las principales porras de los Guerreros. La obra toma forma, hoy, a un 75 por ciento de lo que se espera para su primera fase.

Y es que no se trata de un estadio de futbol y ya, el TSM es el complejo deportivo que busca sentar precedentes en México y América Latina. El proyecto soñado para los laguneros, quienes buscaremos demostrar que estamos listos para los grandes retos. Donde existe el deseo de quitar esa malla metálica que divide a la afición de sus jugadores. Donde en el campo se respire la victoria, y los sueños se hagan realidad.

Riesgo e ilusión

Múltiples detalles estéticos y funcionales. Las manos que construyen sueños suben, bajan y crean. Cumplen su cometido de dotar al estadio de las características necesarias para que pueda ser sede de un Mundial.

Ya hay sudor en la cancha

Óscar, al igual que la mayoría de sus compañeros, trabaja de 8:00 de la mañana a 6:00 de la tarde; a la 1:00 es hora del lonche y los domingos descansa. "Anduvimos escarbando desde abajo, la tubería, los campos de aquel lado", dice, pero "ya se ve muy avanzado". Y admite que la fecha inicial para la inauguración era para agosto, aunque la directiva la reprogramó para el 11 de noviembre de este año. En ella estarán presentes grandes personalidades, encabezadas por el mandamás del futbol a nivel mundial, el suizo Joseph Blatter.

Detrás de un gran estadio...

Sarahí Martínez no pone su granito de arena: lo quita. Su función es retirar mezcla y escombro de la construcción. Es una de las dos únicas mujeres que actualmente participan de esta magna obra.