"No te ataques que no es boda, es un simple bailecito...". "No te calientes garnacha, que no es para ti el aceite".
Todas esas expresiones son muy nuestras, muy propias del mexicano, porque nosotros, como cualquier otro pueblo, tenemos nuestra muy particular manera de expresarnos. Utilizamos y modificamos el lenguaje y vamos dándole matices muy de acuerdo con nuestra idiosincracia.
Para muestra hay muchos botones como aquél de las diferentes acepciones, los muy diversos sentidos que en México le damos a la palabra madre.
Algo que va muy rápido es algo que va hecho eso, eso, eso... hecho madre, como si las mamás acostumbraran desplazarse siempre a una velocidad tal, que envidiaría el mismo Adrián Fernández.
Algo que no vale nada (y aquí hay que aceptar la doble negación, no vale nada es igual a vale nada), bueno, pues algo que no vale nada es algo que vale eso, eso, eso... que se celebra el 10 de mayo: la madre. Eso vale madre o eso es una madre.
Sin embargo, al ratito nos contradecimos, porque al ver que algo nos gusta mucho exclamamos que "está con... ella". ¡Está con madre! Hay qué pronunciar la oración completa, como realmente acostumbramos decirla y ponerla aquí tal cual, no es grosería. Es la realidad, así habla el mexicano y esa forma de expresarnos es parte de nuestra naturaleza.
Lo que sucede es que en México tenemos un sentido exacerbado del concepto "madre"... ¿Exace qué? Exacerbado. Quiere decir enfermizo de tan exagerado. Originalmente exacerbar es agravarse una enfermedad. Así tenemos el concepto de lo que es la madre y la usamos para expresar sentimientos muy intensos, sin importarnos que sean contradictorios.
Es muy diferente despedirse uno de su mamá con un cariñoso "adiós mamacita" que andar por ahí de pelangoche diciéndole a una hermosa chica que pasa por la calle luciendo su figura: ¡Adiós mamacita! Ahí sí que el tono hace la canción, como decía mi abuelo que era músico de profesión.
Cuando un acto se vuelve escandaloso o desorganizado al máximo se dice que es un desmadre, o sea que es, según el término, algo a lo que se le despojó de su mamá y tal vez eso sea lo que le haga falta para volver al orden.
Si alguien se enojó mucho se dice que iba "echando madres" como en otro tiempo se decía que iba echando rayos y centellas o ajos y cebollas o sea que iba "echando pestes" porque no se habían hecho las cosas como él quería.
Golpear a uno es madrearlo o sencillamente darle en la madre que muchas veces llega a ser equivalente a rematarlo, a hacerlo desaparecer del mapa definitivamente, pero esa expresión también se puede usar con cosas. Traigo aquí cinco mil pesos y estoy dispuesto a darles en la madre, es decir, que no me importaría gastarlos totalmente en darme gusto.
Al que lo madrean se dice que le dan una madriza, pero esa palabra hay qué pronunciarla muy bien porque nos puede pasar como en aquel chiste cruel del bebé que no quería tomar su leche y al papá le dijeron ¡pues ponle una nodriza! y él entendió madriza.
Escriba a mi correo electrónico y plantee las dudas que tenga acerca de los usos del lenguaje. donjuanrecaredo@gmail.com
Cuando hubo la visita del presidente de Estados Unidos decían que era el homólogo del Presidente de México. ¿Cuál es exactamente el significado de homólogo? Esthela García R. Iguala, Gro.
Homólogo es aquél que ejerce la misma profesión en diferente ámbito. En este caso Bush es homólogo de Calderón porque también es Presidente de la República pero no de la República Mexicana.
Me retiro con una frase sabihonda que dijo Bill Watterson (hijo del Sr. Watterson) "A veces pienso que la prueba más fehaciente de que existe vida inteligente en el universo, es que nadie ha intentado contactar con nosotros". ¿Cómo dijo? ¡LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA!
