Y SIN EMBARGO, GALILEO NI SE MOVIÓ
"Y sin embargo se mueve", "El estado soy yo", "La suerte está echada" y "No estoy de acuerdo con lo que usted dice, pero defenderé hasta la muerte su derecho a decirlo" son frases muy reconocidas por la historia, que identifican plenamente a sus autores: Galileo, Luis XIV, Julio César y Voltaire. ¿Está usted de acuerdo? Bueno, pues ¡no es cierto!
Si nos ponemos a escarbar en la historia, nos vamos a encontrar una gran cantidad de información falsa, o por lo menos sin base alguna que permita declarar algunos hechos como absolutamente ciertos.
Entonces resulta que Galileo nunca subió a la Torre de Pisa a dejar caer una bola para demostrar que la Tierra se mueve, sino que un discípulo suyo de apellido Viviani fue el que contó eso como una anécdota y la frase "Eppur se muove" (Y sin embargo se mueve) supuestamente pronunciada por Galileo en el momento en que alevosamente "le daban chicharrón" es también una leyenda, pero hay las mismas probabilidades de que haya sido otra cosa la que dijo.
Tampoco hay evidencia de que Luis XIV haya entrado una vez al Parlamento de París con su ropa de equitación y que haya interrumpido el debate diciendo "El estado soy yo... o sea que aquí nomás mis chicharrones truenan y al que no le guste que vaya a Chihuahua a un baile". No, eso de "el estado soy yo" parece que se lo inventó mi compadre Voltaire que era muy bueno para elaborar frases resonantes.
Nada más que luego al mismo Voltaire le cayó el machetazo a caballo de espadas, porque más de doscientos años después de muerto, la escritora S. G. Tallentyre le inventó aquello de que "No estoy de acuerdo con lo que usted dice pero bla bla bla...".
¿Qué fue lo que en realidad pasó? Pues que en la época en que vivía Voltaire, apareció publicado un libro que se llamaba "Del Espíritu" de un oscuro escritor apellidado Helvetius, en el cual criticaba a la religión.
Ese libro fue condenado y quemado públicamente y cuando le comentaron eso a Voltaire, dijo más o menos: "pues me sorprende que le anden dando tanta importancia a ese libraco, que está lleno de lugares comunes, de hechos oscuros y de errores garrafales". En realidad la escritora no pretendía citar una frase histórica de Voltaire sino dar una idea de su postura ante un hecho como ése.
¿Y lo del emperador Julio César? Bueno, en primer lugar no se llamaba Julio ni era emperador. Eso nada más para empezar. Su nombre era simplemente César. El primer nombre generalmente no se usaba a menos de que tuviera algún hermano de igual nombre para diferenciarlos. Tampoco fue emperador por la sencilla razón de que en su época en Roma no había emperadores. Fue su sucesor César Augusto que era muy alzadito, el que tomó ese título por primera vez.
Y ya aquí le paramos porque si seguimos por ese camino vamos a encontrarnos con que la guerra de Troya nunca existió y pues el famoso caballo menos.
ESCRÍBALE A DON JUAN RECAREDO:
Escriba a mi correo electrónico y plantee las dudas que tenga acerca de los usos del lenguaje. Con todo gusto trataré de aclararlas. La dirección de correo electrónico es donjuanrecaredo@gmail.com
PREGUNTA DEL PÚBLICO:
"¿Es aceite de oliva o aceite de olivo?" pregunta Rogelio Ramos de Sabinas, Coahuila.
RESPUESTA:
El olivo es el árbol y oliva es el fruto, el que nosotros conocemos más comúnmente como aceituna, que significa precisamente la que tiene el aceite. Entonces, si el aceite se obtiene del fruto, lo más lógico es decir aceite de oliva, aunque decirlo de la otra manera tampoco es un error.