Hablar, decir, platicar
Podemos darle gracias a la vida que nos ha dado tanto como dijo una vez Violeta Parra o cantar a los amorosos que se han ido llorando, llorando la hermosa vida como dijo Sabines.
¿Qué pasaría si no existieran las palabras? ¿Cómo íbamos a hacerle para expresar el teorema de Pitágoras o para pedir "Juanita tráeme las pantuflas" o para declarar públicamente que mi amor entero es de mi novia popotitos, aunque sus piernas sean como un par de carricitos? ¡Imposible!
Hasta para pensar en una cosa necesitamos que esa cosa tenga nombre.
Tenemos un idioma maravilloso. Nuestro español. No el español de España.
Tampoco es Castellano aunque ese sea su nombre oficial y en un tiempo así se haya institucionalizado en España. Es nuestro español, el español de México con su léxico propio, con su historia y su personalidad tan diferentes.
Nosotros tenemos nuestras herencias maya y náhuatl, Sólo nosotros sabemos cantarle su nombre al Iztaccíhuatl y no llamarle fríamente mujer blanca que no es mujer dormida sino blanca. Que después de tanto estar ahí se haya quedado dormida eso a cualquiera le pasa. Sucede hasta en las mejores familias
Sólo nosotros, los mexicanoes podemos decirle xóchitl a una flor y citlali a una estrella con nuestro idioma musical que es una maravilla.
Y esa lengua mexicana, con sus cantos y tonadas tan nuestras, es lo que nos permite armar nuestros propios conceptos, expresar nuestras propias ideas, decir frases, sentenciar nuestros refranes y jalar el hilito de nuestros pensamientos para hacerlos que salgan y se muestren dulces o amargos, tiernos o ásperos, pero que son destellos de lo que sucede allá dentro del alma.
Ese es el privilegio que nosotros tenemos y nos lo da ese hermoso recurso de la comunicación que es el lenguaje. Por eso duele tanto, tanto maltrato que le damos al idioma cuando decimos haiga o démen, a dónde fuistessss. ¿Qué onda güey! Te esperé, pero pos no llegastes, no llegó nadien y cuando andábanos cortando rábanos, íbanos y veníanos o nomás mirábanos.
Escríbale a Don Juan Recaredo: La dirección de su correo electrónico es donjuanrecaredo@gmail.com
Sr. Mendoza: Cómo se debe decir: "Estén alerta" ó "Estén alertas"; esto lo comento porque he oído en muchos medios de comunicación indistintamente las dos expresiones. Saludos. J.E.Gil
El vocablo ALERTA originalmente es un adverbio y el adverbio es invariable. Eso quiere decir que lo correcto es ESTÉN ALERTA. Pero con el tiempo la Academia ha aceptado la palabra ALERTA como un adjetivo. Si se le considera ADJETIVO entonces lo correcto es ESTÉN ALERTAS. O sea que ambas formas se consideran correctas. Observación: Mi apellido es Espinosa.
Frase pesimista para terminar: Al altar y a la guerra lo llevan a uno con música. Es que si no, no iría.
¿Cómo dijo? ¡LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA!