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LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA

JUAN RECAREDO

LA VERDAD SOBRE JULIO CÉSAR, CLEOPATRA Y OTROS PERSONAJES

Ahora resulta que el emperador Julio César no se llamaba Julio ni era emperador. Es más, su famosa frase "Alia jacta est" donde afirmaba que la suerte estaba como una vaca (echada) tampoco la dijo, o si la dijo, no había sido acuñada por él sino que era una frase muy común en su época, mucho antes de que se encontrara -según narra la historia- en la situación de cruzar arriesgadamente el río Rubicón.

Además tampoco es seguro cual es actualmente ese río porque hay investigadores que dicen que es el que ahora se llama Fumicino mientras otros juran con la mano puesta sobre la Biblia que corresponde al Pisciatello o a lo mejor al Uso... ¡Quién sabe!

Lo que sabemos claramente es que la historia está llena de información que ha sido falseada por intereses particulares y así lo narra el investigador español Peter Villanueva que en un descuido va a resultar también que ni se llama Peter ni es español, aunque el hecho evidente es que el señor -llámese como se llame- no deja títere histórico con cabeza.

La famosa Cleopatra no se llamaba así, dice Villanueva. Bueno, en primer lugar hay que decir que hubo muchas Cleopatras. La que se ha hecho "popular entre la tropa" como la Adelita era Cleopatra VII que en realidad se llamaba -si el Sr. Villanueva no afirma lo contrario- Thea Philopator... ¡Qué bárbara, si yo hubiera cargado con ese nombrecito, también me lo cambio o me suicido o las dos cosas...!

Además la famosa y bellísima reina egipcia no era egipcia ni era bellísima. Las 6 Cleopatras que le precedieron sí eran egipcias, pero ella no porque cuando murió Alejandro Magno en el año 323 a. de C., sus generales se repartieron los territorios conquistados y en el clásico "uno para ti y otro para mí" Egipto le tocó a Ptolomeo que era macedonio y fundó la dinastía de la que nacería tres siglos más tarde la tal Cleo.

A juzgar por las monedas que Marco Antonio hizo acuñar en su honor (en el honor de ella), la mujer aparece de perfil y parece que tenía nariz de "alcanza queso" o sea que en ese departamento había sido "bien despachada", lo cual deja mucho que decir de su supuesta belleza.

Cuando Marco Antonio (el amor de su vida de ella) se suicidó, la mujer fue a echarle los perros a Octavio que viene siendo el que después sería César Augusto y que había sido acérrimo enemigo de Marco.

El problema fue que Tavio no la peló, es decir que no la tomó en cuenta y entonces ella decidió autoadministrarse chicharrón, o sea darse muerte, dejándose morder por un áspid.

Eso del áspid es lo que cuenta Plutarco, pero muchos historiadores ponen el hecho en duda toda vez que lo único que se sabe es que apareció su cadáver con dos marcas en el brazo, pero si fue o no un áspid el que la mordió eso nunca se ha sabido... Ni se sabrá, como dijo Don Teofilito...

Escríbale a Don Juan Recaredo: La dirección de su correo electrónico es donjuanrecaredo@gmail.com

PREGUNTA DEL PÚBLICO: ELISA MA. GARCÍA RODRÍGUEZ NOS ESCRIBE: Tengo una enorme duda ¿Cuál es la forma correcta "entre sus ropas" o "entre su ropa"?

RESPUESTA: Gramaticalmente de las dos maneras se considera correcta.

Frase demoledora para terminar: No hay nada superior a una madre... excepto la madre superiora. ¿Cómo dijo? ¡LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA!

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