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Las reflexiones de Bustamante

Hora cero

ROBERTO OROZCO MELO

"Las autoridades militares han hostilizado a los pueblos con el pretexto de la guerra, y ahora las autoridades civiles los hostilizan también con el mismo motivo. Los pueblos no tienen ya voluntad propia y mucho menos una sola voluntad; porque a fuerza de azotes se están volviendo positivistas, que es una cosa nueva para los mayores de cuarenta y siete años de edad, ya que no la pueden aprender.

Este mal, con la experiencia adquirida, ha cundido a los estados internos del norte, y es la causa por que piensan tanto en sus conveniencias locales: porque después de muchos años de sacrificas sus intereses particulares por el bien común, no han recibido otra recompensa que la indiferencia y el abandono del Gobierno general; así se decía con fecha de 8 de abril en el "Boletín de México".

"Los estados de Chihuahua, Durango, Nuevo León, Coahuila, Tamaulipas, Zacatecas, Nuevo México* Sonora y California hoy tienen intereses distintos a los que prevalecen en los estados de Jalisco, Morelia, Querétaro, Guanajuato, San Luis y México; y lo mismo sucede respecto a éstos con los de Huelva, Oaxaca, Chiapas, Veracruz, Tabasco y Yucatán: los primeros tienen tendencias opuestas a los segundos, y los últimos propenden a separar su poder, su industria agrícola, su riqueza marítima, su perseguido comercio, sus estériles sacrificios, su despreciado valor y generosidad, del egoísmo, ambición, robo, y revoluciones de los segundos, constituidos, sin derecho alguno, en árbitros de la suerte de todos, en foco de todos los males y en centro de todas las revoluciones".

Si no supiéramos que los textos reproducidos son parte del libro "El Nuevo Bernal. Memorias de la guerra México-Estados Unidos", cuyo autor fue don Carlos María de Bustamante, diríamos que corresponden a una autoría contemporánea y a un problema social latente. Y es que el señor cronista, traza, colorea y decolora la realidad nacional de nuestro tiempo como si aún viviera entre nosotros; mas no perdamos el espacio de esta columna y el tiempo de los lectores y sigamos con la redacción original de don Carlos María:

"Seguir la marcha del siglo no será cosa difícil para la juventud, que es la que entre nosotros ha de resolver el problema de su porvenir: volver atrás a la positiva abyección, aunque con halagüeñas teorías, no pueden ni quieren los hijos de la libertad, y no les faltará valor para resistirlo. Los males de nuestra sociedad tienen remedio; pero no ciertamente retrocediendo de sus bellas esperanzas. La inmoralidad no ha emanado de nuestros pueblos, sino de nuestros gobernantes: un Gobierno justo puede moralizar pronto a sus subordinados.

"La paz y la abundancia traen en pos de sí orden, felicidad e ilustración; y al contrario, a todo Estado violento le siguen desórdenes y desgracias; y la privación de lo necesario origina corrupción en inmoralidad. Ninguno a quien le falta lo preciso para cubrir las necesidades de la vida puede ser feliz ni pacífico. Y ¿cómo podremos persuadirnos de que un pueblo desunido, y por consiguiente débil, puede producir los resultados de la unión que constituyen la fuerza? ¿Cómo esperar que intereses contrarios y largo tiempo combatidos entre sí hoy se amalgamen con nuevos sacrificios para producir al fin el mismo mal de que se quejan?

"Si los pueblos que ya tienen el desengaño de no esperar bien alguno que no sea debido a sus propios esfuerzos no dan señales de querer combatir los trabajos, fatigas, peligros y privaciones de la campaña con aquellos que sólo han sabido perder, ¿quién podrá figurarse que en el caso de aceptar la situación a que han sido reducidos, y decidirse a pelear, no lo harían por sí solos y por su bien particular no más? ¿En qué razón se fundaría la idea de forzarlos a combatir contra su voluntad?.. ¿Querrán los pueblos, en este caso, contribuir a la creación de otro ejército que los oprima, los empobrezca y tenga a la nación en revoluciones continuas y en una guerra extranjera no sepa ganar una sola victoria y huya, desamparando a los pueblos y gritándoles: Defiéndanse ustedes mientras yo descanso y denme más gente para rehacer al que todo lo trastorna y todo lo consume?..

Quizá tú, aguzado lector, hayas caído en cuenta ahora de que este texto fue la reacción de un auténtico patriota, don Carlos María de Bustamente, ante las cobardes espantadas del sedicente caudillo de los mexicanos, Antonio López de Santa Anna, en las guerras de conquista iniciadas por los ejércitos de Francia, primero, y de Estados Unidos después hasta caer en la vergonzosa concertación que autorizó la entrega de la mitad del territorio mexicano a los vecinos del norte. San Jacinto y el Álamo, la Angostura en Coahuila, Veracruz, México y Cerro Gordo son evidencias tangibles de lo tristes y contraproducentes que son las guerras cuando las anima la ambición de quienes dicen defender a la Patria y azuzan la violencia. Y parece que es hoy, y no hace siglos, cuando esto fue escrito y publicado. Vale la pena releer a don Carlos María de Bustamante y discernir sus conceptos pensando en el pasado, pero viendo al presente.

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