EN TIEMPOS DE crisis como los que estamos viviendo, la producción y la competitividad son de las pocas acciones que pueden ayudar a resolverla.
Sin embargo, las autoridades del Gobierno Federal que encabeza el presidente Calderón y su equipo de economistas, parece que no entienden nada de esto.
TODO ESTO VIENE a cuento con motivo de los problemas que los productores agropecuarios del país y en particular los de la Comarca Lagunera, vienen padeciendo con motivo de las tarifas eléctricas que les cobra por sus norias electrificadas la Comisión Federal de Electricidad.
ACTUALMENTE LAS TARIFAS que la Comisión Federal de Electricidad cobra a los productores del campo van desde 28 centavos kilowatt/hora hasta 1.15 pesos kilowatt/hora. Contra estas tarifas se ampararon los agricultores logrando la suspensión definitiva de los actos reclamados y finalmente una sentencia judicial que reconoció que ese tipo de tarifas violaba el espíritu del Artículo 27 de la Constitución y la Ley de Energía para el Campo, pues en esas condiciones el productor nacional no podría competir en el mercado internacional y además, violaba la Ley de Desarrollo Agropecuario.
CON MOTIVO DEL mismo juicio de Amparo los productores de la Comarca dejaron de pagar a la CFE más de 400 millones de pesos, que ahora están obligados a cubrir, so pena de que les sea cortado el suministro de energía. En esas mismas condiciones se encuentran otros productores nacionales en todo el país que adeudan 2,600 millones de pesos por consumo de energía. Es de hacer notar que el amparo únicamente vino a beneficiar a los productores que lo interpusieron, por lo que quedan otros miles de ellos sin la protección de la justicia federal y obligados a pagar las tarifas establecidas por la CFE.
PERO PARECE que para brincarse a la torera la sentencia federal, la CFE procedió a fijar las nuevas tarifas para el año 2008, tarifas que también dañan a los que ganaron el amparo de 2007 y los deja en el prurito de tener que demandar un nuevo juicio de amparo, ahora en contra de las tarifas de 2008, y así deberán seguir hasta el infinito.
LO QUE PODEMOS ver de este tipo de decisiones, es que no existe por parte del Gobierno de Calderón una política que propicie, fomente y estimule la producción en el campo. ¿Cómo es posible creer que el Gobierno Federal a través de su banca de desarrollo haya salido al rescate de Comercial Mexicana y su holding inyectándole miles de millones de pesos para que no quebrara y pudiera pagar a sus proveedores (la subsidiaron) y que por otra parte, el Gobierno de Calderón no tenga un plan de subsidios para el desarrollo para el campo?
SI EN LOS MISMOS Estados Unidos de Norteamérica, el país defensor por antonomasia del libre mercado y de la no-intervención del Gobierno en la regulación de la economía, haya salido en auxilio de una de las empresas más grandes del mundo como lo es la automotriz General Motors y de una serie de bancos importantísimos para evitar quiebras que podrían haber puesto de rodillas a la economía de Norteamérica, y este Gobierno por el contrario, quiera apergollar aún más a los productores nacionales.
LA COMARCA LAGUNERA es producto de una política de fomento a la producción que practicaron todos los gobiernos federales hasta 1988. Todo lo que tenemos a la vista se originó de la riqueza que produjo el campo. Las industrias, los bancos, las universidades, los institutos, los grandes y pequeños capitales, las empresas de servicios, el desarrollo urbano, los centros comerciales etc., no son otra cosa que el resultado de los esfuerzos de miles de hombres y mujeres que creyeron en el campo.
Y UNO SE PREGUNTA: ¿Cómo es posible que a los productores que crean riqueza que de una u otra manera ayuda a paliar la crisis que vivimos, se les castiga con tarifas que no les permiten competir en los mercados y los ponen al borde de la quiebra, y que por otra parte, a cientos de miles de trabajadores y a los funcionarios de la Comisión Federal de Electricidad se les siga regalando el consumo de energía domiciliaria?
TAMPOCO SE PUEDE entender la actitud blandengue y tolerante de la CFE con los cientos de miles de individuos que se “cuelgan” y roban de las líneas que conducen la energía. Todas estas complacencias originan miles de millones de pesos de pérdidas a la paraestatal, la que de manera muy cómoda y segura pretende recuperar hincándoles a los verdaderos productores de la riqueza en México.
EL FALTA DE UNA política en materia de energía eléctrica para el campo, y la carencia de un programa integral de desarrollo agropecuario, ahondan la crisis y se pone una vez más de manifiesto la incapacidad de la gente que nos gobierna para entender cuáles son las medidas de Estado que reclama nuestra economía.
PERO ESO SÍ, los que nunca tendrán la necesidad de ampararse contra las altas tarifas eléctricas, son los que se “cuelgan” de las líneas para robar la energía, ni los funcionarios y empleados de la CFE que la disfrutan gratis y a todo placer de su consumo domiciliario. Bendito país.
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