Legalizar las drogas no necesariamente significa que se reducirá o regularizará su consumo, por el contrario, se puede disparar.
Países que permitieron el consumo de marihuana ahora se retractan, a causa de que los problemas de salud y sociales se agudizaron.
Durango. El alcohol es una droga permitida en México y su consumo no tiende a disminuir, por el contrario, va al alza, con un impacto cada vez mayor en una población compuesta por menores de edad, por lo que al legalizar la venta de marihuana ocurriría un fenómeno similar, pero con resultados más nefastos.
Martha Palencia Núñez, titular del Instituto de Salud Mental, dijo con relación a la propuesta del ex presidente de México, Ernesto Zedillo Ponce de León, de legalizar la droga como estrategia para reducir y regular su consumo, que en varios foros que se han llevado a cabo en el país hay psiquiatras con una postura similar.
Sin conocimientos.
“En lo personal estoy en contra, pues para poder llegar a ese punto tendríamos que ser un pueblo con el debido conocimiento de qué tanto mal nos puede hacer este producto en el organismo, pues no es como ir a la tienda a comprar chicles, se trata de algo que puede traer severas consecuencias no sólo en detrimento de la salud, sino en lo social”, mencionó.
En lugares como Ámsterdam, Holanda, donde en determinado momento se legalizó la hierba, ahora se vuelve a prohibir, al no tener esta determinación los resultados esperados, pues hubo aumento en el consumo y consecuencias en cuanto a la salud y desintegración social por el abuso de la sustancia.
Generaciones débiles.
Las generaciones vienen más debilitadas por la influencia de la droga en el organismo de los progenitores, por lo que un país de primer mundo que ya vio que no podía y fracasó con este tipo de normativa, es un claro ejemplo de lo que no se debe hacer, sobre todo cuando se trata de una nación de tercer mundo como México.
La marihuana causa deterioro general, microhemorragias cerebrales que ocasionan un deterioro marcado de la memoria y en toda el área cognoscitiva en el individuo.
Un claro ejemplo de porqué no se debe legalizar la marihuana en México es el alcohol, una droga lícita que todos pueden comprar en un sinnúmero de locales comerciales, se ha caído en un abuso exagerado del producto, en lugar de que exista un control.
Equilibrio obligado.
Los permisos para la venta de alcoholes deberían equipararse con la implementación de áreas deportivas y recreativas, además relacionadas con factores protectores contra las adicciones, pues no sólo se trata de abrir expendios, sino trabajar en la prevención.
“Por cada expendio deberían existir mínimo dos centros recreativos, mínimo cinco o seis escuelas e implementar centros de atención contra las adicciones para contrarrestar el daño que se puede producir”, enunció Palencia Núñez.
Hay sectores que pudieran saber dosificar el consumo de la droga, pero a un jovencito con problemas de alcoholismo en su casa, víctima de violencia, educación truncada y sin mayores aspiraciones, se le da a probar la “hierba” y es muy diferente el resultado con relación a quien la pudiera llegar a probar como un producto relajante y de forma esporádica, pues éste último tiende a la adicción, sin lugar a duda.
Se abate un problema e inicia otro
Durango. Hay quien dice que la legalización de la marihuana acabaría con el narcotráfico y tal vez podría ser que sí haya impacto en este sentido, pero los delincuentes al no ver ya ganancias en este “negocio” cambiarían de giro.
Martha Palencia Núñez, titular del Instituto de Salud Mental, dijo que por ejemplo serían tratantes de blancas, secuestradores, ladrones de automóviles, pues el que es sociópata siempre va a tender a sacar provecho de las actividades ilícitas.
Si se abate el problema del narcotráfico, pueden destaparse otros, mencionó la psiquiatra al retomar otra vez el ejemplo de Holanda, donde dice surgieron otros conflictos como la prostitución y actividades delictivas.