Los pobladores ya entierran a sus muertos y remueven toneladas de escombros, lodo y piedras que arrasaron sus casas por las lluvias que han dejado más de 160 muertos en el país.
El presidente Mauricio Funes informó que se contabilizan "poco más de 160 personas fallecidas, la mayoría de ellas concentradas en la zona paracentral del país, particularmente en Verapaz".
El Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas (PMA) estimó que en los estos días casi 10,000 personas necesitarán asistencia alimentaria urgente.
Unas 60 personas están desaparecidas y la catástrofe ha dejado unos 12,930 damnificados que reciben ayuda en los 119 albergues en el país, según la Comisión Nacional de Protección Civil.
Funes agregó que "decenas de miles de salvadoreños y salvadoreñas están damnificadas, pero aún no van a los albergues".
Ante la grave situación, el mandatario declaró emergencia nacional.
El representante del PMA en El Salvador, Dorte Ellehammer, declaró que "las fuertes inundaciones han destruido cosechas enteras, casas y se han llevado la vida de varias personas. Este desastre ha comprometido la seguridad alimentaria de miles de personas para los próximos meses".
La maquinaria pesada del Gobierno y de la empresa privada llegaron a Verapaz e iniciaron los trabajos de limpieza.
Como resultado de la lluvia se han producido 108 deslaves, 12 ríos se han salido de su cauce, más 209 casas fueron destruidas, otras 1,835 averiadas o afectadas, 5 centros de salud han sufrido daños en sus infraestructuras y 13 puentes han colapsado y otros 5 dañados.