Falta una semana para que termine el contrato que la empresa PASA tiene para dar el servicio de limpieza en Torreón. Sin la definición sobre el próximo prestador del servicio, hasta ahora la ciudadanía no tiene una garantía de que a partir del cuatro de agosto la limpieza en la ciudad seguirá sin contratiempos.
Hasta ahora, las autoridades municipales no han anunciado un plan concreto en caso de que PASA deje de prestar el servicio la semana que entra, una situación que depende del fallo del juez federal que tiene en sus manos el amparo de la empresa contra la licitación lanzada por el Municipio.
Lo más que el secretario del Ayuntamiento, Gerardo Puentes, ha detallado es que el Municipio piensa rentar más de 30 camiones y contratar a 300 personas para dar el servicio. Lo que no está claro es de dónde sacarán los camiones, qué tipo de vehículos serán o si tendrán la capacidad de recolectar las 550 toneladas de basura diaria que genera la ciudad.
El “plan” de Puentes tiene además francas contradicciones. Por un lado, mientras el Municipio pretende quitarle a PASA la prestación del servicio por unos días, apela a la “buena disposición” de la empresa para que permita el uso del relleno sanitario y también busca negociar un nuevo contrato hasta fin de año.
Es difícil otorgar el voto de confianza que ha pedido el alcalde José Ángel Pérez para que la ciudadanía se sienta segura sobre la prestación del servicio de limpieza, viendo cómo las autoridades municipales han descompuesto un proceso que pudo haberse hecho de manera ordenada y con tiempo de sobra.
El alcalde hizo bien en empezar las negociaciones con PASA desde abril del año pasado, buscando definir con tiempo si habría una renovación o una nueva licitación. En diversos foros, incluidas estas páginas, se hizo la advertencia sobre lo inadecuado que era empalmar la renovación del contrato con el proceso electoral municipal y el cierre de la administración.
Pero de manera inexplicable, durante el último semestre de 2008 y los primeros meses de 2009 el tema de la limpieza quedó archivado en la Presidencia Municipal. Interrogados durante este lapso sobre el estado de las negociaciones, funcionarios involucrados en el proceso aseguraban que “en cuestión de semanas” se resolvería, pero nada pasaba.
El proceso se retomó ya con el tiempo encima y con un cambio de estrategia por parte del Municipio, que desechó la renovación del contrato a PASA y optó por una licitación que pretendía hacer en menos de dos meses ante el plazo fatal del 4 de agosto.
Como era de esperarse, la falta de claridad terminó por descomponer el proceso y lo envió a los tribunales, donde el futuro es incierto.
Difícilmente el Municipio puede pretender que se confíe en que llevarán a buen término la renovación del contrato de limpieza, cuando el proceso se ha caracterizado por falta de información, contradicciones y sospecha de corrupción.
Aunque los detalles de la licitación ya se han dado a conocer, existen obstáculos qué remontar antes. Por un lado, la resolución del amparo presentado por PASA para frenar el concurso y, lo más importante, que el Municipio garantice que la limpieza de la ciudad no se detenga o se reduzca a partir del cuatro de agosto.