Habitantes de una población indígena del oeste de Guatemala lincharon hoy a tres supuestos delincuentes que fueron sacados por la fuerza de la estación de la Policía Nacional Civil (PNC), que fue incendiada, informaron fuentes oficiales.
Un portavoz de la PNC dijo que miles de enardecidos vecinos de la ciudad de Sololá, 190 kilómetros al oeste de la capital guatemalteca, capturaron a dos hombres y una mujer a los que acusaban de haber asesinado al chofer de una unidad de transporte colectivo de ese lugar.
"Al percatarse de los hechos, los agentes de la PNC intervinieron y trasladaron a los supuestos delincuentes hacia la subestación, pero los enardecidos vecinos exigían que se los entregaran para hacer justicia con su propia mano", precisó la fuente.
Ante la negativa de los agentes, los vecinos, armados con palos y machetes, tomaron por asalto la sede de la PNC y sacaron por la fuerza a los supuestos delincuentes, a los que vapulearon y quemaron vivos en la plaza de esa ciudad.
La turba también incendió dos auto-patrullas, un taxi en el que supuestamente se transportaban los presuntos delincuentes, y la sede de esa institución.
Según versiones de medios locales, los supuestos delincuentes, que aún no han sido identificados, horas antes habían asesinado a tiros al conductor de una unidad de transporte colectivo y causaron heridas de gravedad a dos pasajeros.
El chofer asesinado, identificado como Helmer de León, de 32 años de edad, según la PNC, se había negado a pagar las extorsiones que le exigía una banda de delincuentes.
Más de un centenar de agentes antidisturbios de la Policía, que fueron enviados al lugar, dispersaron a la turba con gases lacrimógenos, pero no se reportaron capturas.
En lo que va de este año, más de 150 conductores y 50 ayudantes del servicio de transporte público han sido asesinados por negarse a pagar las extorsiones que les exigen bandas criminales.
Según la Gremial de Transportes de Rutas Extraurbanas de Guatemala, los choferes se ven obligados a pagar cada día por cada vehículo entre 20 y 40 dólares a estos grupos, a cambio de no ser asesinados.
El pasado 16 de noviembre, un grupo de vecinos de la comunidad de San Martín Jilotepeque, a unos 65 kilómetros al oeste de la capital guatemalteca, linchó a un agente de la PNC al que acusaban de extorsionar al chofer de un autobús de transporte público.
Un estudio realizado por la organización humanitaria Grupo de Apoyo Mutuo (GAM), presentado en octubre pasado, detalló que entre enero y septiembre pasados se registraron 110 casos de intento de linchamiento, en los que 28 personas murieron a manos de las turbas.
El GAM atribuye el aumento de estas acciones a la desesperación de los guatemaltecos por la falta de respuesta de las instituciones públicas a la hora de brindar seguridad e impartir justicia. EFE
