La liquidación de Luz y Fuerza del Centro (LyFC) abrió un boquete fiscal que el presupuesto aprobado por el Congreso de la Unión no llena ni explica cómo subsanarlo.
Del paquete económico para 2010 desaparece un presupuesto de gasto programable para la extinta paraestatal de aproximadamente 30 mil 49 millones de pesos que originalmente había contemplado el proyecto de presupuesto enviado por el presidente Felipe Calderón.
De esa cantidad, al menos 6 mil 348 millones de pesos tendrán que seguir suministrándose para la adaptación, mantenimiento y conservación de la infraestructura de las instalaciones de lo que fue LyFC, porque el abasto de energía eléctrica a la zona Centro del país que abarca los estados de Puebla, Morelos, Estado de México, Hidalgo y Distrito Federal no se puede suspender.
El sistema eléctrico de esta zona también requiere de otros 10 mil 467 millones para la transmisión, transformación, distribución, comercialización y control de energía eléctrica y que el paquete económico aprobado no explica de dónde habrán de salir ni quién los podría administrar.
El Gobierno Federal había comentado que se haría cargo del pago de los 9 mil 737 millones de pesos para pensiones y jubilaciones para los ex trabajadores electricistas, pero en materia de gasto para la operación del sistema eléctrico de la zona Centro del país hay un evidente vacío presupuestal.
De acuerdo con Alfredo Elías Ayub, director de Comisión Federal de Electricidad (CFE), ésta empresa asumiría el control de las instalaciones de la extinta LyFC, pero en el papel esto parece poco probable, porque el presupuesto de 2010 aprobado para la paraestatal se reduce 4.4% respecto al paquete original, equivalente a 9 mil 839 millones de pesos que no podrá ejercer y que el jefe del Ejecutivo tenía contemplado inicialmente.
El presupuesto tampoco hace referencia a la eliminación de los 42 mil millones de pesos que el Gobierno Federal venía destinando, vía subsidios, a las tarifas eléctricas deficitarias para los casi 6.1 millones de usuarios con contrato en lo que fue el área de influencia de LyFC.
La eliminación de este concepto supondría que los usuarios de la zona Centro del país estarían destinados a pagar el costo real de cada kilowatt que consuman.
Con todo, el sector energético sufrió una reducción en su presupuesto para 2010 de aproximadamente 48 mil 377 millones de pesos, respecto al paquete original enviado por el Ejecutivo al Congreso y la parte del gasto que inicialmente se había previsto para LyFC:
El recorte para Pemex será de 8 mil 489 millones y para CFE de 9 mil 489 millones de pesos, sin considerar que como parte de la política de austeridad las dos empresas estarán obligadas a reducir 30% el pago de horas extra a los casi 225 mil trabajadores petroleros y electricistas.
También tendrán que reducir en esa misma proporción la contratación de trabajadores eventuales, lo que vulnera la capacidad de contratación de CFE, ante la expectativa de que la paraestatal se comprometió a recontratar a los ex trabajadores de la extinta LyFC.