Ceremonia. En la Basílica de Guadalupe se llevó a cabo una misa en honor a San Juan Diego, a siete años de que fue canonizado, por lo que algunos peregrinos arribaron al lugar a presenciar la ceremonia. EL UNIVERSAL
MÉXICO, DF.- José Antonio Lerma Nolasco, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de México, lamentó que en estos tiempos adversos se busque a los que detentan el poder político y económico y se olvide a los sencillos y los humildes.
En la misa en la que se celebró el séptimo aniversario de la canonización de San Juan Diego Cuauhtlatoatzin en la Basílica de Guadalupe, dijo que si ejemplo de humildad debe replicar entre la feligresía.
"Hoy en nuestro tiempo ¿a quién se busca? A los poderosos, poderosos políticamente hablando, poderosos económicamente y de nueva cuenta los humildes, los sencillos quedan olvidados. Quedan olvidados de los seres humanos, pero no quedan olvidados antes Dios", expresó.
En una celebración a la que no asistió el cardenal Norberto Rivera Carrera, aseguró que los feligreses necesitan de "apapacho" de la virgen de Guadalupe.
Recordó que hace siete años el "siervo de Dios", Juan Pablo II, canonizó en este mismo recinto a Juan Diego.
Aseguró que así se puso de manifiesto esas virtudes de las que se hablaba en las enseñanzas religiosas, "procede con humildad", dijo.
En la misa, en lengua zapoteca, tzotzil, náhuatl, otomí, mazahua y en español se pidió porque los gobernantes promuevan los derechos humanos y trabajen por la unidad de la familia.
Al final de la ceremonia eucarística los indígenas zapotecos transfirieron el bastón de mando a los mixtecos que serán los encargados de promover el culto, la devoción y organizar los festejos para 2010.
En la mañana, la peregrinación partió de la Catedral Metropolitana a las 08:00 horas en la que los diversos grupos de indígenas al Tepeyac, donde previo a la misa del mediodía realizaron varias danzas de agradecimiento.
Por la tarde, se llevó a cabo una procesión encabezada por el rector de la Basílica, Diego Monroy, y Juan Ortiz, secretario ejecutivo de la Pastoral Indígena de la Arquidiócesis de México.
Juan Diego nació en Cuatitlán en 1474 y a loa 57 años es testigo de las apariciones de la virgen de Guadalupe.
Después de un largo proceso, el Papa Juan Pablo II lo beatifica el 6 de mayo de 1910 y lo canonizan el 31 de julio de 2002.
Desde esa fecha se inició la construcción de su santuario ubicado en la esquina de Insurgentes y Lindavista, donde antes se encontraba el cine Lindavista, al norte de la ciudad de México. Sólo se han colocado los cimientos con una inversión aproximada de 27 millones de pesos.
