Un legado. Antonio, Genaro, José y Fidel conforman el grupo de Cardencheros de Sapioriz.
México, df.- "El cardenche es un canto que debe su nombre a un cactus del desierto (cardo) cuya espina entra con facilidad y sale con mucha dificultad y dolor, como ocurre con el amor.
"Es un canto viejo de pobres que vino de generación en generación, pasó de tatarabuelos a bisabuelos, de bisabuelos a abuelos, de abuelos a padres y de padres a hijos hasta llegar a nosotros. Y lo conservamos por respeto a nuestros padres y abuelos, porque es un legado muy importante de nuestras tradiciones y raíces que no queremos perder".
El grupo Cardencheros de Sapioriz, formado por Antonio Valles Luna, Genaro Chavarría P. , José Guadalupe Salazar Vázquez y Fidel Elizalde García, recibió ayer jueves el Premio Nacional de Ciencias y Artes 2008 en reconocimiento al cultivo del cardenche.
Los cuatro cantadores están ampliamente satisfechos de éste, pero mucho más por la gama de implicaciones que tendrá en el entorno nacional, entre ellas el reparo de su existencia, su posible imitación, promoción y enseñanza.
"En nuestro pueblo este premio puede ser motivo de que la juventud se dé cuenta de su importancia, de que no sólo la estridencia de los instrumentos puede ser valorada y que aspiren a agarrarlo", y agregó: "Vamos a seguir haciendo talleres, a meternos a escuelas de niños y jóvenes y a universidades para inculcar su interés. A lo mejor de 100 que nos escuchen, diez se interesan y eso sería ganancia".
La preocupación de los Cardencheros de Sapioriz (población rural de Lerdo, Durango) por su canto se debe a los severos riesgos de extinción a que está expuesto desde hace varias décadas.