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Llega el dolor por los oídos

El amor y el desamor, todas las emociones se mezclan cuando se escuchan ciertos temas musicales.

El amor y el desamor, todas las emociones se mezclan cuando se escuchan ciertos temas musicales.

Aldo Magallanes Favero El Siglo de Torreón

El amor y el desamor, todas las emociones se mezclan cuando se escuchan ciertos temas musicales.

Era un sábado cualquiera en esta ciudad. Dos amigos escuchaban música en la sala del hogar de uno de ellos, sus nombres…Carlos y Ricardo.

Ambos oían la misma canción una y otra vez. Se trataba de Y Todo Para Qué, del grupo Intocable. Carlos se sentía muy mal porque había descubierto que su novia le era infiel con otro chavo y Ricardo lo acompañaba en su dolor.

Carlos se hacía más daño escuchando esa canción, algo que comúnmente ocurre con muchas personas, convirtiéndose en una especie de masoquismo.

Las melodías pueden influir enormemente en los estados de ánimo y no sólo pueden provocar tristeza, sino también alegría y positivismo como el caso de Color Esperanza de Diego Torres o Todo Irá Bien de Chenoa.

“Creo que desde el momento que existe la musicoterapia es porque definitivamente las canciones tienen mucho que ver con nosotros porque somos bastante sensibles, algunas han marcado tu vida o te traen recuerdos o sensaciones del pasado” explica la española Chenoa.

Sobre el tema el cantautor Francisco Céspedes opina que no hay fórmulas a la hora de componer, simplemente la inspiración llega, se convierte en una melodía y quien la escucha la adapta como suya dependiendo de lo que esté ocurriendo en su vida, ya sea bueno o malo.

“El poder existe en una canción porque es el reflejo de los estados de ánimo. Hay personas muy talentosas que día a día hacen creaciones basándose en lo que ven y lo que sienten y al transmitirlo, los demás lo canalizamos o lo adaptamos a nuestras emociones. Pienso que no existen fórmulas a la hora de darle vida a una rola” explica Céspedes.

El psicólogo Roberto López Franco, quien trabaja en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la U.A. de C., coincide con Francisco y menciona que basta que una persona esté enamorada o despechada para hacer suya una canción.

“La influencia de la música y de la letra de las melodías tiene mucho que ver con las circunstancias afectivas emocionales por las que esté pasando un ser humano. Si oye una rola que hace referencia al amor y lo bonito que es este sentimiento y si en ese momento de su vida está enamorado eso será percibido como algo agradable e intenso, pero si está viviendo alguna desilusión evidentemente la canción provocará un estado

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