Los habitantes del ejido La Rosita llegaron a un acuerdo con el propietario de la empacadora de tomate, Jesús Villarreal Gómez, sobre la forma en que va a pagarles el adeudo de 500 mil pesos por la compra-venta del predio que ocupa en esta comunidad.
El empresario les entregó 100 mil pesos que serán tomados como renta por todo este año y una vez que los ejidatarios regularicen la situación del predio y le entreguen el título de propiedad les pagará los 500 mil pesos para cerrar el trato de compra-venta.
Como se informó en su oportunidad, los ejidatarios bloquearon el acceso a la empacadora de tomate el miércoles 7 de enero para exigir que les paguen los 500 mil pesos que les deben desde hace 5 años. Los inconformes declararon que la nave industrial fue construida hace más de 10 años por el Municipio para tratar de atraer empresas y en la administración de Emilio Bichara Marcos Wong, se acordó que los empresarios iban a quedarse con la nave industrial y les iban a pagar un millón de pesos.
En esa ocasión los hermanos Jesús y Alberto Villarreal Gómez sólo les dieron 500 mil pesos y a cada uno de los 189 ejidatarios el municipio, les entregó mil pesos en efectivo, los otros 311 mil pesos se los quedó el Ayuntamiento, y desde ese entonces los empresarios no les han pagado los otros 500 mil pesos que les deben.
Javier Onofre Vázquez, director de Tenencia de la Tierra, informó que el empresario siempre ha estado dispuesto a pagarles los 500 mil pesos, pero les pide que le den certeza jurídica sobre la propiedad del predio.
Finalmente los ejidatarios aceptaron los 100 mil pesos que Villarreal Gómez les ofreció como renta anual, mientras ellos realizan todos los trámites de regularización del ejido para que le puedan entregar el título de propiedad del predio y cuando esto suceda les pagará los 500 mil pesos que les debe por la venta definitiva del terreno.
Onofre Vázquez dijo que los funcionarios del Gobierno del Estado, el Ayuntamiento y la Procuraduría Agraria van a agilizar todos los trámites para regularizar lo antes posible este predio, para que de una vez por todas se cierre el trato entre los ejidatarios y el propietario de la empacadora de tomate.