Aliados. Varios soldados italianos de la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF) en Afganistán hacen guardia durante la repatriación de los cuerpos sin vida de seis compañeros en Kabul, Afganistán. Vigilancia. Una patrulla de policías construye un puesto de control en una carretera de Kunduz, Afganistán.
KABUL, AFGANISTÁN.- Miles de combatientes extranjeros han llegado a Afganistán para ayudar a la insurgencia del Talibán, dijo ayer el ministro de Defensa afgano, quien pidió más ayuda de ejércitos internacionales.
Las declaraciones del ministro surgen mientras Estados Unidos analiza el envío de más tropas al país asiático para combatir a AlQaeda, cuyos insurgentes se cree están en su mayoría en la vecina Pakistán y mientras continúa la revisión de los controvertidos resultados de la elección presidencial de Afganistán.
"El enemigo ha cambiado. Sus cantidades aumentaron", dijo el ministro de Defensa, Abdul Rahim Wardak, a los legisladores en un comunicado. Wardak señaló que unos 4,000 combatientes, la mayoría de Chechenia, África del Norte y Pakistán, "se han unido a ellos y están relacionados con el combate en Afganistán". El ministro agregó que las fuerzas afganas han solicitado más ayuda internacional para lidiar con la amenaza de extranjeros.
Wardak no especificó el período en el que estos insurgentes llegaron al país. Mientras que varios oficiales del Ejército estadounidense dijeron que no podían hacer comentarios sobre el flujo reciente de extranjeros.
Los altos comandantes estadounidenses le han solicitado al presidente de los Estados UnidosBarack Obama que autorice el envío de entre 10,000 y 40,000 efectivos adicionales para apoyar a los 68,000 que ya están en Afganistán combatiendo a los insurgentes. La solicitud llega en un momento difícil, pues el apoyo popular a la guerra es cada vez menor en Estados Unidos.
Las declaraciones del ministro afgano hacen eco del temor de un sector del Gobierno estadounidense, que cree que no enviar suficientes efectivos a Afganistán facilitará las cosas para Al Qaeda.
Lo dicho por Wardak también revela los temores del Gobierno afgano acerca del grado de compromiso que tiene Estados Unidos con el país en medio de rumores de un posible cambio de estrategia tras un aumento marcado de la violencia en los últimos meses.
El debate sobre el cambio de estrategia estadounidense se complica por los resultados de la elección presidencial afgana, que hasta ahora no han podido ser definidos por las acusaciones de fraude y han generado dudas serias sobre si habrá una dirigencia con la credibilidad suficiente para reforzar los avances militares de Estados Unidos y sus aliados.
Los resultados de casi 13% de las casillas del país están en duda, lo que sería suficiente para convocar a una segunda ronda electoral entre el presidente Hamid Karzai y su principal contendiente.
El sábado pasado, un panel de investigación apoyado por la ONU revisaba los resultados de una auditoría y el recuento de votos, con resultados inciertos. Las autoridades electorales han dicho que esperan anunciar los resultados para finales del a próxima semana.
Mientras tanto, ataques con bombas causaron la muerte de dos soldados polacos y un estadounidense.
El militar estadounidense murió ayer por las heridas que sufrió en una explosión en el Sur de Afganistán, informaron oficiales de Estados Unidos.
Los soldados polacos murieron el viernes cuando su vehículo pasó sobre una bomba escondida al lado de un camino en el este de la provincia de Wardak, dijo el ministerio de Defensa de Polonia. Cuatro efectivos más resultaron heridos en la explosión.
También ayer el vocero del Gobierno de la provincia de Wardak, Shahidulá Shahid, dijo que las fuerzas afganas e internacionales mataron a nueve talibanes en un tiroteo ocurrido el día anterior.
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Combatientes de tres países arriban para pelear
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ABDUL RAHIM WARDAK
Ministro de Defensa de Afganistán