Muerte repentina. El ex presidente Raúl Alfonsín murió repentinamente de una neumonía, considerado impulsor de la democracia. ARCHIVO
La mujer encendía la vela con lágrimas en los ojos y siete palabras balbuceadas como pudo: "se murió el padre de la democracia...".
Escenas como ésta comenzaron a multiplicarse anoche, minutos después de que el ex presidente Raúl Alfonsín (1983-1989), falleciera, como consecuencia de un neumonía que había complicado su ya delicado estado de salud, como consecuencia de un cáncer de pulmón.
Lágrimas, coros multitudinarios que coreaban su nombre con existencia frente a su departamento en la avenida Santa Fe al 1600 de esta capital, comenzaron a repetirse en la noche luego de que su médico de cabecera, Alejandro Sadler, confirmara su deceso.
"Tengo que darles la lamentable noticia del fallecimiento del doctor Alfonsín" quien "falleció acompañado por su familia, tal como ellos lo habían decidido".
El Gobierno, con el vicepresidente Julio Cobos (por la ausencia de la presidenta Cristina Kirchner, de viaje en Londres para participar de la reunión del G-20), decretó tres días de duelo y un sepelio que tendrá lugar desde hoy en el salón Azul del Congreso de la Nación, el mismo escenario donde fueron velados los restos de Eva Duarte de Perón (1952) y Juan Domingo Perón (1974).
"Se fue un hombre de ideas republicano, con quien he tenido muchas diferencias, pero también una gran amistad", dijo el ex presidente Fernando de la Rúa (1999-2001), del mandatario que le tocó la difícil tarea de comandar la transición democrática en 1983. Desde la madrugada del lunes, la salud del ex jefe de Estado, había comenzado a empeorar por culpa de una neumonía que afectó de sobremanera su ya frágil condición, fruto de un cáncer detectado a comienzos de 2008. Las escenas de congoja no sólo se vivían en la calle ni frente a su domicilio, sino en los principales despachos políticos del país y del extranjero.