Las comunidades indígenas del Sur de la entidad, no han quedado al margen de la lucha que sostienen grupos de la delincuencia organizada por la disputa de territorios, pero la presencia del Ejército Mexicano los ha frenado.
El Siglo de Durango
Inseguridad
Grupos delictivos trabajan en regiones del Mezquital, como San Francisco de Ocotán, San Buenaventura y Laguna del Chivo donde comunidades completas siembran enervantes.
Durango. La zona indígena del Sur de la entidad no escapa a la lucha que grupos de la delincuencia organizada sostienen en todo el país por la disputa de territorios. Prueba son los “levantones”, secuestros e intimidaciones en algunas comunidades, así como la siembra de enervantes plenamente identificada en regiones del municipio del Mezquital.
Fuentes oficiales que pidieron a El Siglo de Durango la confidencialidad, confirman que “sí hay comunidades completas cada vez más involucradas con el narcotráfico”, en específico en las zonas de San Francisco de Ocotán, San Buenaventura y Laguna del Chivo, donde la siembra de enervantes se da en poblaciones completas.
Contaminación
La creciente actividad del cultivo de droga, dice una de las fuentes, se debe al impacto que tienen grupos de la delincuencia organizada que operan en entidades vecinas, como Zacatecas y Nayarit.
“Hacia la colindancia con Vicente Guerrero operan delincuentes de Zacatecas”, que son los que secuestraban y amenazaban con mayor frecuencia en el Mezquital a principios de este año.
Fuerzas castrenses
Se asegura que la incursión cada vez mayor de elementos del Ejército Mexicano en el municipio del Mezquital desde enero pasado, permitió que a la fecha poco a poco los pobladores sientan que la situación regresó a la normalidad.
Los asaltos y retenes ilegales en caminos vecinales, se dice, se dieron al inicio del año, hechos delictivos que llegaron a impactar el trabajo en la zona de maestros y empleados de dependencias del gobierno federal.
Las condiciones de difícil acceso a la zona indígena, facilitan la operación de organizaciones del crimen organizado y les permiten establecer acuerdos en las regiones antes mencionadas con ciertos personajes del lugar.
“Los delincuentes no se aprovechan de la necesidad de la gente, porque si eso fuera la pobreza está en todo la región (indígena), es decir que quienes se involucran en el narcotráfico son gente mañosa y dispuesta a estar en el negocio”.
Rondan Santa María de Ocotán
En febrero pasado habitantes de la comunidad de Santa María de Ocotán, una de las de mayor extensión y población de la zona indígena de El Mezquital, fueron presa de la incertidumbre y el miedo.
Fuentes que viven y visitan la localidad de referencia, señala a integrantes del brazo armado del cártel del Golfo, conocido como “Los Zetas”, como los responsables de “levantones” en el lugar.
Informaron incluso que llegaron a introducirse a casas e inmuebles oficiales del gobierno Federal, como el albergue indígena que opera y administra la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas.
“Hombres armados y encapuchados transitaban en la madrugada por la comunidad –Santa María de Ocotán-“, precisa una fuente. El motivo de su actividad, suponen, buscar a operadores de grupos contrarios vinculados con acciones propias de la delincuencia organizada en la modalidad de siembra de enervantes.
