Los remedios indígenas tienen principios semejantes a los homeopáticos y naturistas, sus fórmulas incluyen insectos.
Los insectos se encuentran en cualquier punto del planeta y todos tienen una misión que cumplir en la cadena de la naturaleza y en México, además de ese rol, han sido empleados por la medicina tradicional, ya que durante siglos han sido usados por comunidades indígenas para curar enfermedades como quemaduras, infecciones, reumatismos e incluso impotencia sexual.
Su empleo como remedio es sorprendente, porque la gente suele referirse a ellos de manera despectiva o se busca su extinción, pero muchos contienen sustancias que alivian ciertos malestares.
La investigadora del Instituto de Biología (IB) de la UNAM Julieta Ramos-Elorduy cuenta que sus cualidades curativas son valoradas cada día, porque se ha comprobado que en su organismo almacenan principios activos que obtienen de las plantas y flores de las que se alimentan.
Los reyes del mundo
A pesar de que los insectos son el grupo dominante sobre la tierra, los estudios en etnozoología son escasos: “No nos hemos adentrado al mundo insectil y, por el contrario, lo hemos combatido”.
Pero se sabe de insectos medicinales, 210 en México, 149 en China, 48 en Brasil, seis en Cuba. Ocasionalmente, se han registrado en Suecia, Francia, Alemania, Argentina, Panamá, Egipto, Japón, Estados Unidos, Perú, Madagascar y la región de África del Norte, entre otros.
La científica nos cuenta que la mayoría pertenece al medio ambiente terrestre y de ellos 95.2% se emplea para aliviar padecimientos internos. Se han aplicado en 352 afecciones respiratorias, renales, hepáticas, estomacales, intestinales, parasitarias, pulmonares, bronquiales, del bazo, pancreáticas, del aparato reproductor, renales, dermatológicas, endocrinas, inmunológicas y del oído.
Medicina pura
Los remedios indígenas tienen principios semejantes a los homeopáticos y naturistas, “se debe considerar que antes no se contaba con medicina social o doctores, y los individuos se alimentaban y curaban con los recursos del lugar. A base de error y prueba fueron conociendo sabores y efectos que ocasionaban”.
Ya sean enteros, molidos, en emplastos, infusiones o tostados son indispensables en la medicina indígena o tradicional. Generalmente solos, pero se pueden mezclar con hierbas e incluso lodo. En zonas rurales, la miel de abeja se aplica en quemaduras o heridas para evitar infecciones, porque contiene sustancias de tipo antibiótico e inhibinas que evitan la proliferación de bacterias y hongos.
“Las personas están acostumbradas a ir cada mes por un piquete de abeja, sobre todo en épocas de frío y humedad, cuando se reactivan los síntomas del reumatismos y los dolores de prótesis”. El pinchazo de avispa, acotó, se aplica para histeria, menopausia y síntomas neurológicos.
También son empleados los gusanos de la tierra llamados Tlalomitl para la impotencia sexual, y algunas personas ingieren a las abejas vivas con la misma finalidad.