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Los doctorados en México

ROLANDO CRUZ GARCÍA

El nivel de doctorado en nuestro país tiene un preocupante déficit, ya que sólo el 0.2% de los estudiantes en edad de cursar una maestría o doctorado logra obtener este grado, además es desalentador que tanto las empresas como el Gobierno inviertan tan poco en la educación de posgrado, según revela la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

México no califica por mucho, entre los principales formadores de profesionistas con posgrado, pero ello no es casualidad, pues cifras de la OCDE, revelan un alto desempleo entre este selecto grupo, además de poca inversión para explotar su potencial.

La reciente evaluación sobre Ciencia, Tecnología e Industria, presentada por el organismo internacional, reveló que en México muy pocos profesionistas, del total de la población en edad de cursar una maestría o un doctorado, logran estudiar y obtener dicho grado académico.

Este porcentaje no sólo se compara desfavorablemente con el resto de los integrantes de la OCDE, sino que además se encuentra en una proporción mucho menor a la que registran otros países no miembros. Como ejemplo, en Suecia 3.2% de profesionistas en edad de obtener el máximo nivel educativo, cuenta con doctorado. Una relación similar ha logrado Suiza, mientras que en Portugal se cuentan 2.5% con doctorado.

Entre los países que no son miembros de la OCDE destaca el caso de Rusia, en donde 1.5% de su población en condiciones de obtener un doctorado lo tiene, un porcentaje similar a Brasil quien cuenta con 1.2% con este nivel de posgrado.

Desde la perspectiva del organismo consultor, "el número de graduados en estos niveles son un indicador del potencial que un país tiene para asimilar y desarrollar conocimiento avanzado". Además de que refleja el potencial para proveer al mercado laboral de empleados altamente calificados.

En específico, se estima que los niveles de posgrado enfocados a las ciencias y a las ingenierías son los que más aportan en este potencial de desarrollo.

Bajo esta lógica, la OCDE detalla que en el 2005, por ejemplo, Estados Unidos otorgó 11, 516 títulos de doctorado en ciencias e ingenierías para estudiantes foráneos. De este total, 3, 448 fueron para estudiantes de origen chino, 1,734 para alumnos de otros países de Asia, y 1,170 para jóvenes de Corea. En contraste, los alumnos de origen mexicano sólo obtuvieron 206 títulos, esto es, sólo 1.79% del total (Nancy Díaz, Excélsior, 2008)

Pero la importancia de desarrollar profesionistas con altos estándares de educación no sólo radica en lograr el título, sino que las economías deben abrir los espacios necesarios para que estos recursos humanos de alto nivel sean productivos. Lamentablemente, el informe detalla que la tasa de desempleo entre los profesionistas con posgrado en México, es mayor a la tasa de desempleo general del país.

Las cifras actualizadas observan que el desempleo entre los varones graduados con títulos superiores, fue de 4.0%. Mientras la población femenina sin empleo y que tiene un título de educación superior es de 5.0%.

A decir de la OCDE, el ritmo de crecimiento del empleo en el segmento de la educación terciaria es un indicador del potencial de innovación del mercado laboral local, y revela la tendencia general de capacitación de su fuerza de trabajo.

"Los recursos humanos especializados en ciencia y tecnología son el pilar fundamental de las economías altamente basadas en el conocimiento", sostiene la OCDE en su informe. Según sus estimaciones, para el 2005 al menos 30% del total del empleo en Estados Unidos y la Unión Europea estaba fundamentado en profesionistas de alto nivel y especialización. Ello significaba al menos 57 y 59 millones de personas, respectivamente.

Pero ello tiene que ver también con el nivel de inversión que hacen las empresas y los países en investigación y desarrollo. En este ámbito, México tampoco se encuentra muy bien posicionado. Las cifras presentadas en el documento revelan que al cierre del 2005 México en su conjunto, no invertía más de medio punto porcentual de su PIB en Investigación y Desarrollo.

En contraste, Suecia invierte lo equivalente a 3.7% de su PIB, Finlandia invierte 3.5%, y Japón 3.2%. Entre los países de la OCDE, sólo Grecia invierte menos que México.

Según explica el texto, el sector empresarial es la principal fuente de financiamiento de la inversión doméstica en este rubro. En promedio, entre los países de la OCDE, el sector privado aporta 63% de los recursos totales que sostienen los estudios de doctorado; en México el aporte de este sector es casi nulo.

La importancia de los estudios de doctorado entre los profesionistas mexicanos no se discute, pero son muy pocos los que pueden costearse dicha preparación, sobre todo si no se apoyan en instituciones y organismos que les puedan becar y ayudar a realizar tan anhelados niveles de desarrollo académico e investigativo.

Cabe recordar que, de lo que nos pertrechan los estudios doctorales, es de la competencia investigadora y la posibilidad de generar conocimiento de base disciplinaria y educativa; esta última se ha ido incrementando gracias a la obligatoriedad de realizar investigación de corte educativo en la mayoría de las instituciones de educación superior del país. Además de las ofertas para estudiar doctorados en Ciencias de la Educación, que se han incrementado por todo el país.

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