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Los fundamentos de la pedagogía Montessori

ROLANDO CRUZ GARCÍA

Con un afectuoso saludo para el Maestro Juan Carlos Sánchez González con quien trabajé esta apasionante temática en su tesis de Doctorado y para el señor Luis Rayas Velasco, orgulloso padre y esposo montessoriano, deseo compartir con mis amables lectores algunas reflexiones al respecto.

La extensa producción de obras escritas por María Montessori (1870 - 1933) y la buena acogida que tuvieron en los distintos países donde enraizó su pensamiento educativo fue un factor importante en la expansión de su obra. Sin embargo, sigue siendo un sistema formativo poco comprendido y muy vituperado, tal vez por desconocimiento o por su difícil acceso económico; al menos en México.

El método Montessori es uno de los primeros métodos activos en su conceptualización y aplicación, fundado principalmente en las actividades motrices y sensoriales, se aplica sobre todo a la edad preescolar; aunque se ha extendido también a la educación primaria y en la actualidad, con experiencias exitosas en el nivel de secundaria.

Aunque surgió de la educación para niños poco convencionales o diferentes (bajo condiciones adversas), los fundamentos psicopedagógicos sobre los que se basa el modelo son: Respeto a la espontaneidad del niño, permitiéndole llevar a término cualquier manifestación que tenga un fin útil. Respeto al patrón de desarrollo individual, distinto en cada caso particular. Libertad para que el niño desarrolle la actividad que desee, con el único límite del interés colectivo. Autoactividad del alumno, según sus propios intereses. Disposición del medio ambiente escolar para favorecer el autodesarrollo.

El material de desarrollo, está destinado a la realización de ejercicios sistemáticos que tienden directamente a la educación de los sentidos y de la inteligencia, está compuesto por diferentes elementos, por ejemplo: Sólidos encajables, con los que el niño ejercita el tacto y la presión. Pequeñas planchas de superficies lisas y rugosas. Planos para la distinción de las formas geométricas. Tablillas cubiertas con hilos de colores, para el desarrollo del sentido cromático. Objetos sólidos geométricos para el reconocimiento de la forma y peso de los cuerpos por el tacto, (esterognósico), sólo por mencionar algunos.

En este método el papel de las maestras (llamadas Guías) es muy importante, ya que ponen al niño en relación directa con el material, facilitándole la elección de los objetos y su manejo de acuerdo con su edad madurativa, le ayuda a coordinar sus movimientos para hacerlos simples y consecutivos.

El proceso didáctico se desenvuelve en dos fases: La primera es de iniciación, de familiarizarse con el manejo del material. La segunda es de denominación, que se desarrolla en tres pasos: Asociación del nombre del objeto con su percepción sensorial, reconocimiento del objeto correspondiente al nombre y recuerdo del nombre del objeto.

Estos ejercicios son tomados de la vida práctica, como el cuidado de la persona (aprender a lavarse, vestirse solos, comer, etc.). La lección del silencio, por ejemplo, sirve para desarrollar la capacidad de concentración en trabajos productivos, como la jardinería, el cuidado de los animales, etc.

El aprendizaje de la escritura se inicia con ejercicios sensoriales. En la iniciación de la lectura se emplea el juego de los carteles en los que aparecen frases que indican una acción concreta que el niño ha de ejecutar.

Para la enseñanza de los números se emplean barras de colores y tamaños distintos. La idea de utilizar en el jardín de los infantes un mobiliario adaptado al tamaño y a la necesidad de movimiento de los niños es otro de los aportes perdurables de la Doctora Montessori.

Con todo y lo anteriormente expuesto existen algunas objeciones al sistema: la Doctora defendía la psicología en acción, para que se comprendiera el proceso a la luz de la actividad educadora, su pensamiento estaba orientado en el sentido del naturalismo con acento religioso y místico, aspecto poco aceptado en educación pública.

En la enseñanza Montessori, es esencial crear un medio ambiente diseñado para satisfacer la necesidad de experimentar y de nutrir su espíritu, en vez de dar órdenes forjar y tratar de modelar el alma del niño.

Visto desde el punto práctico y económico, la abundante utilería, a juicio de algunos críticos, en lugar de constituir un proceso de afirmación y desarrollo de la libertad del niño, acaba por ser sólo un mecanismo pedagógico de descubrimiento.

Montessori no le da la importancia que otros educadores y psicólogos le dan a la imitación, ya que el crecimiento y la formación del niño no es imitativo sino de encarnación. El espíritu del niño es absorbente, o sea que tiene un poder activo, creador. El método es de investigación libre, de trabajo por parte del niño según las necesidades de su desarrollo.

Muchas y muy variadas son las objeciones con las que se ha tratado de desvirtuar al sistema Montessori, algunas de éstas han sido hechas por personas que no tienen conocimiento profundo del sistema. Se ha dicho por ejemplo, que el maestro debe mantenerse pasivo y ser servidor del niño, para que éste camine guiado por su propio impulso, sin intromisiones, la realidad es que el profesor es guía y no secuaz del niño y para esto existen en el modelo infinidad de formas para trabajarlo.

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