Justo en la víspera de las fiestas patrias, la televisora inglesa BBC de Londres dio a conocer los resultados de una encuesta aplicada en 20 países que revela que los mexicanos somos los más insatisfechos con el manejo de la crisis económica mundial y, particularmente, con la actuación del Gobierno mexicano.
Los resultados muestran que únicamente el 9% de los mexicanos está satisfecho con las acciones gubernamentales contra un 88% insatisfecho, el promedio mundial es de 44% de satisfacción y 50, de insatisfacción; el país que le sigue en nivel de insatisfacción es Japón, donde el 18% está satisfecho y el 78, insatisfecho. En contrapartida, los chinos son los más satisfechos con el 87% contra sólo 6 de insatisfacción (sin embargo, estos resultados deben tomarse con muchas reservas, pues una encuesta de opinión pública aplicada en un régimen dictatorial —como es el caso de China—, no es muy confiable porque los pobladores no son libres de expresar sus opiniones) y Australia, con 68% de satisfacción y 30, de insatisfacción. En siete países el grado de satisfacción supera el 50% de los encuestados (China, Australia, Indonesia, Egipto, Chile, Brasil y Canadá).
La encuesta fue conducida por el Servicio Mundial de la BBC, la aplicación la coordinó la encuestadora internacional GlobeScan y en la elaboración del cuestionario participó un programa de la Universidad de Maryland, en Estados Unidos, que estudia internacionalmente las actitudes ante las políticas públicas aplicadas (PIPA, por las siglas en inglés del mismo Program on International Policy Attitudes). Se encuestó a 22,158 ciudadanos distribuidos en 20 países, entre el 19 de junio y el 17 de agosto.
Doug Miller, director de GlobeScan, señaló: “Es claro que los ciudadanos de muchos países no encuentran el tipo de liderazgo económico que piensan que se requiere de sus gobiernos nacionales. Los particularmente bajos niveles de satisfacción en Europa, Japón y América Latina sugieren que una sólida confianza de los consumidores –considerada esencial para la recuperación económica— tardará más tiempo en estas partes del mundo”.
Sin embargo, los países latinoamericanos encuestados fueron únicamente Brasil, Chile y México y de ellos únicamente México se encuentra entre los mayormente insatisfechos, pues en Brasil la satisfacción alcanza el 59% y en Chile, 55; contra el 39 y el 33% de insatisfacción respectivamente. Las cifras contrastan notablemente con lo que se encontró en México. En el caso europeo y japonés, sí existe correspondencia con la interpretación de Miller.
México también es el país menos satisfecho con la actuación de los banqueros, pues únicamente el 6% (peor evaluados que el mismo Gobierno) está satisfecho, contra el 81% que se declara insatisfecho (la suma no llega al 100% porque hay un porcentaje de no respuestas o no sabe). El promedio en el total de encuestados fue del 32% satisfecho y del 54% insatisfechos; en nivel de satisfacción los dos países que le siguen a México son Alemania, con el 8% y Francia, 10; y en nivel de insatisfacción ambos superan a mexicanos con el 89 y el 83%.
En general los mexicanos somos los más insatisfechos con el manejo de la crisis por parte de los distintos actores. Sólo Francia y Turquía muestran más insatisfacción que los mexicanos (56%) con el manejo de la crisis por parte de los líderes de los países integrantes en el llamado G20.Sólo Alemania, Francia y Turquía, lo hacen en relación con los altos ejecutivos de las compañías transnacionales, en este caso la insatisfacción en México llega al (66%). Y únicamente Alemania y Turquía, lo superan en relación con la actuación de los organismos financieros internacionales, en este caso el nivel de insatisfacción es del 64%).
En consonancia con esta insatisfacción somos los mexicanos los que más nos oponemos a apoyar económicamente a los banqueros (76%) y en otorgar mayor poder a las instituciones financieras internacionales para regular la economía global: 22%, a favor y 60%, en contra.
Sin embargo, contrastantemente, los mexicanos apoyamos con muy amplia mayoría y, muy por encima del promedio internacional, un incremento significativo en el gasto gubernamental y una mayor intervención gubernamental en la regulación y vigilancia de la economía: en el primer caso, el 75% está a favor y únicamente un 20%, contra un promedio mundial de 60 y 31%, respectivamente; y en el segundo, 78 y 9, a favor y en contra, y el promedio mundial es de 67 y 23%, respectivamente.
Una de las explicaciones de esta marcada insatisfacción con el manejo de la crisis puede encontrarse en el hecho de que los mexicanos, también nos encontramos entre los países que consideramos que la distribución de los beneficios y las cargas económicas han sido repartidas injustamente en los últimos años, pues únicamente 17% piensa que hay una distribución justa contra un 69% considera ha sido injusto; promedio mundial, es de 32 y 59%, respectivamente.
Unas primeras y someras interpretaciones de estos resultados son las siguientes: los mexicanos queremos resolver internamente nuestros problemas, no queremos intervenciones externas; la gran inconformidad con el manejo de la crisis proviene de la percepción (o certeza) de que beneficios y cargas se han distribuido desigual e injustamente en México; y la inconformidad con la actuación del Gobierno tiene su origen en que hace lo contrario de lo que la gente demanda: mayor regulación y vigilancia y mayor gasto público. Particularmente en esta última interpretación también puede esconderse la añoranza de Gobierno paternalista.