La tarde de ayer realizaron una guardia de honor en las instalaciones de la DMSP.
Homenaje
Familiares, amigos y compañeros dieron el último adiós al comandante Marcelo de la Torre Macías, quien fuera asesinado a balazos el martes pasado en el paraje El Saltito, municipio de Nombre de Dios.
Durango. El llanto de las sirenas mezclado con las lágrimas de familiares y compañeros del comandante Marcelo de la Torre Macías, fueron parte del homenaje luctuoso que le brindaron ayer a quien fuera asesinado de manera artera el pasado martes en el municipio de Nombre de Dios.
La tarde de ayer en la Dirección Municipal de Seguridad Pública se llevó a cabo un homenaje posmortem en honor a Marcelo de la Torre, quien tenía 12 años en la Policía Municipal y se desempeñaba como comandante de la Zona Dos en la ciudad capital.
Las sirenas de las patrullas que acompañaban el cortejo fúnebre recorrieron gran parte de la ciudad custodiando el féretro que fue trasladado a la Iglesia de Nuestra Señora del Refugio donde se celebraron las honras correspondientes, posteriormente el convoy se trasladó a las instalaciones de la citada dependencia; ahí, sus compañeros de Seguridad Pública no pudieron evitar el llanto producto del coraje sentido por este artero crimen.
Apoyo. El titular de Seguridad Pública, Mario Zaldívar Mijares, en nombre de toda la corporación dio el pésame a la familia del comandante asesinado y en su discurso resaltó las cualidades del elemento policiaco, a quien reconoció su entrega, profesionalismo y espíritu de servicio, así como brindar todo el apoyo tanto a los padres, esposa e hijas que dejó Marcelo de la Torre Macías, que en paz descanse.
Salió de la cárcel para despedirse de su hermano
Durango. En el homenaje luctuoso los presentes se dejaron envolver por el sentimiento al escuchar una emotiva lectura dirigida a los hijos de los policías que han perdido la vida, al igual que en el momento en que nombraron la lista de honor, pero fue relevante la llegada de un hermano del occiso custodiado por personal del Cereso al que le dieron permiso de salir unas horas sólo para despedirse de su consanguíneo.
