Eduardo Olmos como nuevo alcalde de Torreón enfrentará el reto de gobernar una ciudad que atraviesa una crisis que no se limita al aspecto económico, sino que va desde la inseguridad hasta la mala calidad de los servicios públicos.
En materia económica Eduardo Olmos está obligado a evitar el dispendio y no endeudar más al Municipio. Al mismo tiempo que debe promover la ciudad para generar empleos y atraer inversiones que requieran mano de obra calificada, buscando el generar riqueza.
En el aspecto de seguridad es urgente que los ciudadanos recuperen la confianza en la Policía municipal. La única manera de lograrlo es que la corporación se vuelva más eficiente y bajen los delitos del orden común como son los robos a casa habitación y a vehículos. El hacer más eficiente la vigilancia debe traer como consecuencia el inhibir el delito del secuestro que tanto ha golpeado a los ciudadanos.
En materia de servicios públicos es urgente corregir todas las fallas que hay en el Simas y en el alumbrado público, además de dar solución al problema de la licitación del servicio de limpieza después de que un juez federal falló en favor de PASA, en la demanda que presentó contra el Municipio de Torreón para detener la licitación del contrato de servicio de limpieza.
Además la ciudad requiere de una "manita de gato", ya que los baches abundan por todas las vialidades, la ciudad en lo general luce sucia, y el delito del grafiti se ha agravado.
Es cierto, muchos de los problemas que enfrenta el Municipio serán herencia de José Ángel Pérez, sin embargo Eduardo Olmos está obligado a darle la vuelta a la página y a solucionar todos los problemas porque para ello los ciudadanos le otorgaron el voto.
El PRI regresa a gobernar Torreón después de siete años, por lo que está obligado a hacer un buen papel porque la población premia con el voto cuando se gobierna bien pero también castiga cuando el partido en el poder no cumple las expectativas.
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