Se ha comprobado que en la lectura de comprensión intervienen tres roles fundamentales para la comprensión de lo que se lee: el rol del estudiante, el del docente y el de los materiales de lectura. Trataremos de analizar, junto a los amables lectores, estos tres importantes papeles involucrados en la comprensión de textos.
En el rol del estudiante lector, el papel que juega tiene que ver con su atención y con su memoria. La atención del lector hacia el texto le permite determinar cuál es la información más difícil y dedicarle más tiempo y concentración; por lo que puede regular su propia atención, puede hacerse preguntas, puede elaborar hipótesis sobre el texto, puede elaborar resúmenes, identificar las palabras clave, tomar notas de lo más importante y hacer esquemas. Pero para que pueda realizar todo lo anterior es necesario que primero conozca cómo aprender.
La memoria es otro de los factores que juegan un papel preponderante en la comprensión lectora del estudiante, pues de ella derivan los conocimientos previos, absolutamente necesarios para poder construir significados y nuevos conocimientos.
Smith, F. (2003) menciona tres aspectos importantes de la memoria: la memoria sensorial, la memoria a corto término y la memoria a largo plazo. La memoria sensorial se refiere a una necesidad teórica, más que una parte conocida del cerebro
"La tarea del lector consiste en tratar de aproximarse a un lector ideal, es decir, a alguien que asimila el significado que el escritor ha procurado comunicar" (Cairney, 1996). El lector debe convertirse en un verdadero constructor de significados, por tanto, se debe buscar la manera de que el estudiante deje de ser un lector pasivo, para que pase a ser un lector activo.
En el rol del docente, el papel que desarrolle debe ser el de facilitador del aprendizaje, y por tanto quien presta los medios necesarios para que el estudiante realice una lecto - comprensión de los textos. El docente es quien debe incluir en sus actividades diarias de enseñanza acciones encaminadas a la promoción y difusión de la lectura, para ello debe suministrar a los alumnos los materiales apropiados.
Las estrategias utilizadas por el docente de las asignaturas de Taller de Lectura y Redacción, deben estar encaminadas a que el estudiante comprenda lo que lee. En ocasiones el docente tiene que cambiar su forma de trabajar, pues como dice Cairney: "Si queremos que nuestros alumnos se conviertan en constructores de significado, en vez de lectores pasivos de textos en un nivel literal superficial, deberemos modificar nuestras prácticas de clase".
El tercer elemento son los materiales de lectura, los textos que el estudiante maneja dentro y fuera del aula deben ser los adecuados a sus intereses, acordes a su nivel académico. El docente debe procurar que los textos que presente a sus alumnos tengan las características esenciales de todo escrito como lo es la coherencia, la adecuación, la cohesión y el sentido.
En ocasiones los alumnos no comprenden lo que leen, simplemente porque esos textos manejan un léxico que no está a su alcance, no está en sus intereses o está fuera de los signos lingüísticos que él comprende.
El grado de complejidad de los escritos, es un aspecto que se debe considerar al determinar o tratar de evaluar la comprensión lectora por parte de los estudiantes; lo más recomendable sería que no fueran ni muy sencillos (ya que se perdería el interés), ni muy complejos (pues aumentaría la dificultad comprensiva). Si el docente presenta a sus alumnos textos en los que su nivel de dificultad es mínima, tal vez pueda alcanzar un mayor grado de comprensión, pero corre el riesgo de la pérdida de motivación para que el discípulo continúe leyendo.
Algunos autores consideran que un texto sólo es un esquema que encierra la posibilidad de generar muchos significados; para construir el significado del texto intervienen varios factores como el lector, el texto y el contexto; por tanto, el significado puede ser relativo.
Como podemos observar, la comprensión de un texto no sólo involucra al que lo lee, sino que es algo que se aprende y se va desarrollando, además de estar íntimamente relacionado con el propio material de lectura; ahora podemos entender por qué nuestros niños y jóvenes tienen tantas dificultades para lograrlo.