De la vida misma
¿Qué son en realidad?
Este tema lo hemos tratado muchas veces, y no lo hemos dicho todo.
Lo volvemos a tocar, porque el otro día, poco antes de que el Sr. Ramón Iriarte Maisterrena entregara la Galería del Deporte, donada en gran parte por él, dijo ante el Comité de dicha institución:
"Esto lo hago por la insistencia y la perseverancia de un soñador aquí presente, señalándonos y agregando, yo también soy un soñador y también quise muchas cosas como las ha querido Miguel Ángel para los deportistas y para la gente de su querido pueblo natal".
Y nos dejó pensando.
Efectivamente, somos unos soñadores, dormidos y despiertos tenemos en mente muchas cosas, muchos proyectos, muchas inquietudes.
Y desde niños platicábamos con nuestros padres de lo que por las noches soñábamos.
Y es que siempre hemos tenido la costumbre de dormir algunas horas y luego despertar. Es entonces cuando recordamos con gran claridad nuestros sueños. A veces, al continuar durmiendo, algo parecido al primer sueño vuelve a nuestra mente.
¿Qué son pues los sueños?
Simple y sencillamente parte de nosotros mismos, porque esas funciones mentales solamente son nuestras, de nadie más, y en ellas están personas cercanas, o que tratamos en las escuelas o en el trabajo, aunque a veces aparecen personajes extraños que nos dejan sorprendidos por su presencia nunca antes vista.
Hay sueños que se repiten con diferentes matices, por ejemplo, a veces se refieren a las presiones que ejercían los exámenes escolares, especialmente los universitarios, por no haber estudiado, por no haber leído ni siquiera el libro de texto equis.
Pero cuando despertamos nos reímos, porque fue todo lo contrario cuando estudiamos. Comprábamos un libro y lo leíamos de pe a pa antes de comentarlo en clases. Eso nos dio muchas ventajas y entrábamos a los exámenes, valga la presumida, con mucha tranquilidad y en medio de la valla de nuestros compañeros. Eran los años en que todos teníamos gran admiración y respeto por dos estudiantes del Derecho, Juan de Dios Castro Lozano y Germán Froto Madariaga. Puro diez sacaban y había que quitarse el sombrero con ambos, sobre todo cuando presentaron su examen profesional.
Somos soñadores natos, y recordamos buena parte de lo que soñamos. Siempre los analizamos y haciéndolo queremos conocernos más.
Quizá usted sea también así.
