Los jugadores de los Yanquis de Nueva York celebran tras ganar ayer el cuarto partido de la Serie Mundial de Beisbol contra los Filis de Filadelfia, que se llevó a cabo en el Citizens Bank Park de Filadelfia. (EFE)
Filadelfia, Pensilvania.- Con racimo de tres anotaciones en la parte alta de la novena entrada, dos de ellas remolcadas por el receptor puertorriqueño Jorge Posada, Yanquis de Nueva York se puso a un triunfo de ganar la Serie Mundial, al vencer a Filis de Filadelfia por 7-4.
De esa forma, los "Bombarderos del Bronx" se pusieron adelante en el Clásico de Otoño de 2009 por tres juegos a uno y será hoy, cuando se dispute el quinto juego en el Citizen's Bank Park de esta ciudad, cuando los Yanquis busquen ganar su Serie Mundial número 30.
Con la pizarra empatada a cuatro anotaciones por bando, Yanquis inició su ataque con dos outs, cuando el emergente, el japonés Hideki Matsui elevó a las paradas cortas. Derek Jeter fue el segundo out al poncharse tirándole.
Johnny Damon mantuvo viva la ofensiva al conectar sencillo al izquierdo y se robó la intermedia al aprovechar la formación especial que había puesto Filis en su cuadro para contener al bateador Mark Teixeira, ya que no había nadie cubriendo la tercera. Teixeira se embasó al ser golpeado por el relevista Brad Lidge.
El tercera base de Yanquis, el dominicano Alex Rodríguez, empujó la primera carrera de este ataque final al batear doblete por el jardín izquierdo y el receptor puertorriqueño Jorge Posada empujó las dos restantes con hit al izquierdo y fue el tercer out al tratar de extender a doblete su hit.
La victoria se le acreditó al relevista Joba Chamberlain (1-0), que tuvo la ayuda del cerrador panameño Mariano Rivera, quien se acreditó su segundo rescate en esta Serie Mundial. La derrota se le cargó al también relevista Brad Lidge (0-1).
Teixeira, primera base de Yanquis, enviaría a Jeter a la registradora con la primera anotación de Nueva York al roletear por la inicial. Rodríguez se embasó por golpe, el tercero que recibe en esta Serie Mundial y Posada empujó la segunda rayita.
Filis respondió con una anotación en el cierre de ese episodio. Con uno fuera, que fue Jimmy Rollins, quien elevó al derecho, Shane Victorino conectó doblete por todo el central y Chase Utley envió a Victorino a la registradora al ligar doblete por el prado derecho.
En el cuarto rollo, los anfitriones lograron emparejar los cartones a dos anotaciones.
En la parte alta de la quinta entrada, Yanquis volvió a retomar la delantera en la pizarra al llegar dos veces más al pentágono. Nick Swisher negoció pasaporte, y el dominicano Melky Cabrera le siguió con sencillo. C.C. Sabathia fue el primer out al poncharse al intentar tocar con dos strikes.
Jeter remolcó la primera carrera de los neoyorquinos en este inning al conectar hit al izquierdo, Swisher anotó la tercera carrera yanqui y Johnny Damon envió al dominicano Cabrera con la segunda anotación al batear sencillo productor por el derecho y poner la pizarra 4-2 a favor de la visita.
Fue en el cierre de la séptima entrada cuando, con dos outs, Filis recortó la diferencia a una sola carrera.
Fue en el cierre de la octava entrada cuando el equipo de casa emparejó de nueva cuenta los cartones, ahora a cuatro carreras gracias al panorámico cuadrangular solitario del tercera base dominicano Pedro Feliz.
Mientras otros tropiezan, Rivera no da tregua
Mariano Rivera no se anda con rodeos: ocho pitcheos y tres outs fáciles casi sin transpirar.
n Esta postemporada ha sido caracterizada por los fracasos de los cerradores, una lista que incluye a Justin Papelbon, Brian Fuentes, Jonathan Broxton y Brad Lidge, quien se sumó ayer. Pero la excepción es Rivera.
n Una vez que los Yanquis de Nueva York quebraron un empate en el noveno inning, a costa de Lidge y los Filis de Filadelfia, para irse arriba 7-4, Rivera relució su aplomo habitual con una entrada 1-2-3.
n La aparición de Rivera, quien el 29 de noviembre cumplirá los 40 años, constituyó otro hito en su ilustre trayectoria.
n Con su vigésimo tercera aparición de Serie Mundial, Rivera quedó dueño absoluto del récord que compartía con Whitey Ford, otra leyenda de los Yanquis.