Victoria Ruffo es una de las más reconocidas de la televisión en llorar de manera natural, aunque a veces tiene que recurrir a ciertos trucos. (Fotografías de archivo)
Cuentan actrices sus secretos para convencer con las escenas más dramáticas.
Pocas veces sonrió. Apenas la semana pasada Macarena supo lo que era la felicidad, pero le duró poco. Su hermana Carlota la lanzó al vacío y ahora se encuentra entre la vida y la muerte.
Envuelta en un drama ha vivido la actriz Victoria Ruffo en su papel en la telenovela En el Nombre del Amor que le exigió llorar por lo menos una vez o hasta quizás más, en cada capítulo.
Aunque se trata de una historia de ficción que nada tiene que ver la vida de Ruffo, su llanto en la telenovela fue real porque la actriz, echando mano de su experiencia, “da muerte a su madre” para hacer más creíbles sus escenas.
Con 30 años de trayectoria en los escenarios, la actriz, quien ha protagonizado melodramas como Victoria, La Madrastra y Abrázame muy Fuerte, tiene dominada la técnica para romper en llanto cuando el texto se lo exige y con ello provoca momentos de dolor en los televidentes.
¿Cómo le hacen los actores para llorar en pantalla y contagiar su sufrimiento?, las respuestas son diversas.
Helena Rojo dice que es cuestión de concentración; Mónica Miguel revela las técnicas de un actor; Danna García comenta que para llorar, hay que estudiar... ¡y listo! “Yo trabajo con mis vivencias”, dice Ruffo, a quien le ha tocado sufrir mucho en telenovela.
“Echo mano de las cosas que me han pasado en mi vida o de las que pueden pasar. Le decía a mi mamá que la he matado 490 mil veces en mi pensamiento. Nada más de pensarlo, me muero.
“Por ejemplo, el año pasado murió mi papá, bien o mal, traigo eso dentro y cuando lo requiero en una escena, lo saco”.
No siempre ha sido fácil para Ruffo llorar en pantalla. Aún recuerda el apoyo que le dio el productor Pedro Damián, quien fue su director de escena en La Fiera, telenovela donde hizo su debut como protagonista en 1983.
“Pedro me apoyaba mucho en las escenas, me motivaba, me acariciaba el pelo, eso me hacía llorar”, comenta. Otra actriz que el público admira y respeta por su calidad histriónica es Adela Noriega, quien imprime sentimiento a su trabajo, especialmente cuando de llorar se trata.
Basta echarle un vistazo a su trayectoria en los melodramas, pues ha sido la heroína de Dulce Desafío, Guadalupe, María Isabel, El Privilegio de Amar, El Manantial, Amor Real y recientemente Fuego en la Sangre.
“A Adela se le da muy bien llorar...”, opina la actriz Mónica Miguel, quien coincidió con ella como directora de escena en Quinceañera, hace ya 22 años.
No todo ha sido risas para Danna García, protagonista de Un Gancho al Corazón, pues también le ha tocado sufrir en su papel de “La Monita”, ganándose con ello incluso el respeto de la primera actriz Ana Martín.
“Me dice Anita: ‘ay, hace mucho que no veía una actriz que llorara de verdad’, pero le digo que yo estoy acostumbrada, es mi trabajo. Estoy entrenada con mis emociones, estudié actuación en Nueva York y en otros lados”, comenta la actriz colombiana.
Con la misma forma práctica de trabajar que tiene Danna, lo hace Helena Rojo, quien dice que es cuestión de concentración y asumir lo que vive su personaje para que las lágrimas rueden en sus mejillas de manera natural. “La misma historia nos va dando la situación, si son dolorosas, tristes y conmovedoras, la lágrima sale naturalmente, es parte de nuestro trabajo, estar en el juego de la tristeza y dolor”, dice Rojo, quien en Cuidado con el Ángel, da vida a Cecilia, la madre de Marichuy (Maite Perroni).
Técnicas y trucos Por su calidad de maestra, Mónica Miguel explica que los actores pueden recurrir a varias técnicas para llorar, por ejemplo a la memoria emotiva y/o a la memoria sensorial.
“La memoria emotiva se aplica por ejemplo si tú tienes un perrito y se murió, dices ‘yo lo quería mucho’. Empiezas a recordar y se te humedece el alma, eso no significa que en la escena tengas que hablar de perritos”, explica.
A pesar de su experiencia, Victoria Ruffo reconoce que han habido ocasiones en que sus ojos parecen estar secos y como la televisión es exigente y no hay tiempo de aplazar las grabaciones, existen “trucos” que la hacen llorar en cuestión de segundos.
“Hay veces que tiene 20 escenas de llanto y a lo en mejor 15 lloras de verdad y las otras dices: ‘ya me sequé, no puedo’. No es que me esperen a que se me llene el jarrito, entonces me apoyo con gotas y luego eso provoca que me salga el llanto”, comenta.
El vick vaporub es indispensable en una producción, admite Miguel, aunque ella prefiere que sus actores derramen lágrimas de verdad.
“Me gusta que les escurran las lágrimas porque es importante visualmente para el público. Yo he visto a actores que tienen lágrimas de cocodrilo.
“Por dentro no sienten la emoción que te da el llanto. Creo que también es importante que por dentro estés llorando, el público agradece que salga la lagrimita”, dice la directora de escena, quien revela que buenas “lloronas” son Lucero, Daniela Romo y Helena Rojo.
A pesar de su juventud Allison Lozz ha demostrado tener madera de actriz, opina Ruffo, su madre en la ficción. “Allison me gusta cómo llora, cómo grita, de repente hay llantos o gritos que en lugar de provocar dolor, provocan risa. Es cuestión de saber manejar los gestos, los ojos, muchas cosas. Allison me vibró, sentí bien su forma de llorar y gritar”, comenta.
Con su personaje a cuestas
Llorar todo el día en un foro de grabación no es fácil para nadie, no sólo por el esfuerzo que hacen y por las largas jornadas que ésto representa, además por el estrés que les puede causar, como le ha pasado a Danna García.
Para fortuna de ella, su trabajo en Un Gancho al Corazón ha sido lo más divertido que ha hecho hasta ahora porque en años pasados requirió meses para “sacudirse” sus personajes.
“Aquí no estoy llorando todo el día, como cuando llegas a tu casa con ese sentimiento de angustia que te provoca una escena”, menciona la protagonista de melodramas como Pasión de Gavilanes y La Traición.
“Hace tiempo me pasó que hice tres telenovelas seguidas para Telemundo, de quien yo fui exclusiva muchos años, y entré en una etapa de tristeza absoluta, que necesité dos mesesitos para liberarme de los personajes y entrar en equilibrio”, explica.
Helena Rojo es práctica. Ella no se queda con el personaje. Cuando se va a casa, lo deja “colgado” en el foro. Después de una escena de sufrimiento, al momento que el director grita “¡corte!”, la actriz suelta una carcajada para hacer más relajado el momento.
Y este es el pan nuestro de cada día en los foros de grabación, donde las actrices desgastan sus emociones, inundando sus ojos de llanto, todo en aras de convencer a la audiencia con su trabajo.