Atención. Policías resguardan el hotel en donde son atendidos los familiares de las víctimas del Airbus que desapareció cuando volaba de Brasil a Francia.
Cada día Air France oferta 10 vuelos entre París y Río de Janeiro. Entre los pasajeros procedentes de Brasil que llegaban ayer al aeropuerto internacional Charles de Gaulle, estaba Claude Jaffiol. Este endocrinólogo francés especialista en obesidad y miembro de la Academia de Medicina, era uno de los pocos que aceptaba hablar a la prensa. Había viajado a aquel país para participar en un congreso. Después de unos días de turismo por Brasilia, él y su esposa Aminda, debían regresar a Francia el domingo pasado en el vuelo AF 447. El avión estaba lleno. Recurriendo a un amigo diplomático, esperaban subir al Airbus 330-200. No lo lograron. A diferencia de sus 72 compatriotas que sí lo hicieron, ahora dice: "la Providencia nos protegió".
Entre las víctimas del accidente aéreo, estaban 10 directivos comerciales de una empresa del Suroeste de Francia. La compañía les había recompensado su excelente desempeño con un viaje de cuatro días a Brasil. A sus familiares y compañeros de trabajo les cuesta reconocer su pérdida. Algunos medios de la capital francesa, como el diario Le Figaro, abordaban ayer la posible indemnización a los familiares de los desaparecidos. Dependiendo del lazo familiar, se ventilan sumas que rebasarían los 12 mil euros.
A unos cuantos minutos del aeropuerto internacional Charles de Gaulle y alejados por ahora de los medios, los familiares de las 72 víctimas del vuelo Río de Janeiro-París de la compañía Air France, perdido desde el domingo pasado en aguas del Atlántico, son atendidos en el hotel Pullman por la célula de crisis integrada por médicos y psicólogos. Cada uno dispone de una habitación. En una sala se estarían reuniendo para dialogar entre ellos como parte de la terapia que los prepararía para el duelo. Aunque "todos mantienen aún la esperanza", declaraba a la prensa Guillaume Denoix de Saint-Marc, vocero de una asociación de víctimas de accidentes aéreos.
Ayer los noticiarios vespertinos y nocturnos dedicaban casi la totalidad de sus espacios a la cobertura de la que sería la peor catástrofe de la aviación francesa. Las circunstancias exactas de la desaparición de la nave son aún ignoradas. Por ahora, las únicas pistas que orientan la búsqueda de la caja negra del Airbus A 330-200 en aguas del Océano Atlántico son el pedazo de un asiento de avión, de un chaleco salvavidas y escombros metálicos descubiertos ayer por pilotos de la Armada brasileña.
En la espera de ubicar su paradero, el secretario de Transportes, Dominique Bussereau, adelantaba ayer a la estación de radio Europe 1, que el presidente Nicolas Sarkozy recibiría el lunes próximo a los familiares de los 72 franceses víctimas del accidente del Airbus A330-200, reportado desparecido desde el lunes. Entre tanto, el primer mandatario francés participará en la misa que se ofrecerá hoy a las cuatro de la tarde en la catedral de París, Notre Dame. Por su parte, el primer ministro, François Fillon, convocaba a un minuto de silencio en la Asamblea Nacional.
