La propuesta de reformas en materia electoral, enviada por el presidente de la república, Felipe Calderón, obliga a reflexionar sobre algunos de sus puntos, sobre todo en lo que se refiere a la posibilidad de que diputados, senadores y alcaldes, se reelijan en sus cargos de manera ininterrumpida.
Desde luego hay puntos en los que el presidente apuesta a que el Congreso le niegue su aprobación, como es la reducción del número de sus miembros, lo que si bien es un sentimiento generalizado entre la población, sabe perfectamente que ante la negativa, él quedará bien a los ojos del pueblo. Esta es pues, una propuesta meramente mediática.
Las candidaturas independientes, en otros tiempos, hubieran sido muy bien recibidas por los sectores que están hartos de los partidos políticos, pero en este preciso momento, resultan altamente riesgosas, porque abren la posibilidad de que personajes ligados a los cárteles del narcotráfico, compitan e inunden con dinero mal habido, los pueblos y ciudades y lleguen al Gobierno para favorecer los intereses de sus patrocinadores.
¿Se imagina, usted, un congreso ad hoc para los narcotraficantes o alcaldías controladas por ellos? Si como están las cosas ya nos anda y no sabemos en quién confiar, ahora cómo estaríamos si tocamos ese extremo. Y no me digan que no sería posible, porque si ahorita hay sospechas, luego serían certezas las que tendríamos.
Igualmente me preocupa el tema de la reelección, porque es el único principio, emanado de la Revolución, que ha funcionado en México.
La proclama de Francisco I. Madero: "Sufragio efectivo. No-reelección", inspiró no sólo el Plan de San Luis y su obra: "La sucesión presidencial", sino también el anhelo del pueblo de no volver a caer en dictaduras de uno o unos cuantos hombres.
Por ello, releí mis lecciones de Derecho Constitucional, especialmente en el texto de Ignacio Burgoa y desde luego el libro citado, escrito por Madero muy cerca de aquí.
Si bien ambos hablan de la conveniencia de que no se pueda reelegir el presidente de la república, lo cierto es que sus ideas son aplicables a cualquier tipo de reelección inmediata.
La historia de nuestro pueblo revela la inconveniencia de esa medida; y en palabras de otro constitucionalista Lanz Duret, nos dice que:
"La permanencia indefinida o largamente prolongada en el poder transforma a los gobernantes en tiranos y destruye el funcionamiento normal de las instituciones, sujetando a los pueblos a la voluntad de un solo individuo. Y cuando no son las leyes las que establecen expresamente la no-reelección, son las tradiciones de los pueblos mismos las que exigen, como válvula de seguridad, el cambio frecuente de autoridades" .
Intentos por reformar la Constitución para quitar ese principio han existido en nuestra historia, ya sea introduciendo la elegibilidad diferida (como sucedió en el 27) o la posibilidad de una elección intermitente, como aconteció en el 28.
Ni siquiera en los Estados Unidos, en donde el presidente se puede reelegir, han llevado esa posibilidad más allá de una elección y eso partiendo de la base de que allá el presidente dura cuatro años, que con la reelección se convierten en ocho, pero hasta ahí, salvo casos muy especiales y por circunstancias también especiales.
Alegar que la reelección de diputados y senadores los obligaría a hacer un mejor trabajo para contar con el voto de los electores cuando busquen la reelección, es fantasioso, porque desde el poder utilizarían toda la fuerza de las instituciones para permanecer en el cargo el tiempo que Dios les permitiera de vida.
Y ni qué decir, si esa posibilidad de abriera para los alcaldes. Estaríamos en presencia de verdaderos reyezuelos que utilizarían poder y dinero para quedarse en los cargos.
No tiene remedio, el ejercicio de poder prolongado, irremediablemente se corrompe, como decía Montesquieu y se corrompe aquí y en China.
Dejen las cosas como están, pues así han funcionado bien y admitan que hay principios que no se deben tocar, porque atentamos contra la estructura fundamental de nuestro Estado mexicano. A menos que lo que quieran es otro Madero que cabalgue de nuevo e incite al pueblo a una rebelión.
Por lo demás: "Hasta que nos volvamos a encontrar que Dios te guarde en la palma de Su mano".