Cuatro incendios gigantes, con un frente combinado de mil kilómetros, ardían ayer fuera de control en el estado de Victoria, en el Sur de Australia, pero no amenazan directamente ninguna población, informó el servicio bomberos.
Las operaciones de extinción, asistidas por aviones, helicópteros, camiones cisterna y excavadoras, han conseguido contener o sofocar 400 pequeños focos de llamas que aparecieron.
La situación es menos peligrosa que el lunes, pero en algunas áreas "la actividad del fuego ha crecido.