Reto. Dos opositores a la Ley de Educación retan a la Policía. Las fuerzas del orden lanzaron gases a los manifestantes cuando pretendieron traspasar el límite autorizado. EFE
Los opositores terminan con gases y los oficialistas con música popular.
CARACAS, VENEZUELA.- La marcha opositora contra la nueva Ley de Educación venezolana terminó ayer dispersada por gases lanzados por la Policía mientras que la oficialista, convocada para apoyar la Ley, se desarrolló con música popular de fondo.
La jornada transcurrió con normalidad hasta que la marcha opositora llegó a la valla de seguridad que marcaba el final de su recorrido.
Jóvenes que estaban en la cabecera de la marcha iniciaron a bambolear la valla y terminaron derribándola, momento en que la Policía Metropolitana lanzó la primera andanada de gases.
Luego se registraron otras 3 escaramuzas similares que fueron neutralizadas con más gases y con el avance de 2 vehículos lanzadores de chorros de agua.
De acuerdo a imágenes transmitidas por la televisión, varias personas se vieron afectadas por el humo y al menos una sufrió una herida cortante al recibir el impacto de un bote de gas.
El viceministro de seguridad, Juan Romero, atribuyó los incidentes a unas 100 o 200 personas y garantizó que los gases están compuestos por "químicos permitidos internacionalmente".
Una versión diferente aportó el parlamentario opositor Juan José Molina al negar que la cabeza de la marcha hubiese dado motivos al lanzamiento de los gases ya que, según su interpretación, todo se debió al "miedo" que sintieron los policías cuando algunos estudiantes, "con su vehemencia", sacudieron las vallas de seguridad.
Al desatarse los incidentes, el resto de los manifestantes opositores, entre los que había numerosas personas de edad, se dispersó debido a la fuerte lluvia que comenzó a caer.
Las autoridades dijeron que delimitaron las trayectorias de las dos marchas para evitar una confrontación.
El ministro del Interior, Tarek El Aissami, pidió a la Fiscalía abrir una investigación a algunos convocantes por "incitar a la violencia", en particular a Óscar Pérez, directivo del partido Alianza Bravo Pueblo, para que respondan por lo ocurrido.
Según El Aissami, la violencia que se suscitó estaba "programada" por los dirigentes opositores que hablaron de "civismo y paz" sabiendo que "en su agenda oculta" había un final violento.
Para El Aissami una muestra de que todo estaba calculado es que varios de los que provocaron los disturbios estaban con máscaras "antigás" y algunos, con chalecos "antibalas".
Por el otro lado, los oficialistas organizaron su concentración de apoyo a la nueva Ley de Educación en el Centro de la ciudad, donde se instalaron tarimas desde las que amenizaron grupos musicales y artistas populares.
Además de apoyar la Ley, la manifestación sirvió, según sus convocantes, para repudiar la decisión del Gobierno colombiano de permitir que tropas estadounidenses utilicen su territorio como base de operaciones.
Mientras los gases ponían un fin abrupto a la manifestación opositora, el sector pro gubernamental combinaba piezas musicales con los discursos de dirigentes políticos, entre ellos algunos ministros.
200 PERSONAS Son a las que se les atribuye los incidentes.