Nosotros Las palabras tienen la palabra VIBREMOS POSITIVO Eventos

MARGARITO

MIGUEL ÁNGEL RUELAS TALAMANTES

De la vida misma

Miraba con interés y beneplácito lo que hacíamos.

Tenía curiosidad por conocer lo que nos platicaban algunos internos de aquel hospital psiquiátrico.

Así que un día no aguantó sus deseos de preguntarnos lo que ocurría.

En aquel lugar habíamos empezado muy jóvenes una tarea social que nos llegó a apasionar.

Y todo había comenzado casualmente, cuando se nos pidió apoyo para atender a un señor de edad que había sufrido un derrame cerebral. Eran fines de los años cincuentas y no había lugares donde atender dichos casos, así que los familiares llevaron al enfermo a aquel hospital.

Así nos fuimos involucrando en una tarea que nos apasionó.

Margarito era un enfermero de mucha capacidad en el lugar, y desde que llegamos se mostró interesado en lo que hacíamos, simplemente como servidores sociales.

No éramos aún profesionistas y no sabíamos a dónde irían nuestros pasos universitarios. A veces pensábamos en la medicina, en la psicología, en la contaduría o en la abogacía. Terminamos las inquietudes en la Escuela de Derecho.

Entre aquellos internos había gente muy interesante.

Sus pláticas, a pesar de sus problemas de salud mental, las considerábamos llenas de sinceridad.

En muchas había lagunas muy grandes de amor, de comprensión, de interés por esas vidas.

Un día, un jovencito nos dijo llorando: Cómo me hubiera gustado recibir un cariño de mamá, o de papá.

Jesusita, que fue compañera nuestra en este Diario y vivió siempre en soledad, tenía delirio de persecución. Se sentía acosada por hombres que la deseaban.

Un día nos dijo: Me hubiera gustado tener un novio, así como tú, grandote y formal.

Así que cierta ocasión hablamos largo y tendido con Margarito, de todo lo que captábamos en aquel lugar, y él nos dijo:

Es cierto, muchos llegan aquí porque tuvieron grandes vacíos de amor y comprensión.

Han pasado los años. ¿Qué se haría Margarito? Nos gustaría saber de él, pues conoció de nuestros afanes por ayudar al prójimo en desgracia.

Hoy, seguimos pensando que en muchos hogares faltan buenos tratos, y sobre todo palabras amables y de vez en cuando una caricia.

Leer más de Nosotros

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Nosotros

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 460668

elsiglo.mx