Seguimos recorriendo el año, recordando algunas de las noticias más interesantes de cada mes. Toca el turno a marzo.
En algunos círculos, la noticia fue recibida con indignación; en otros, con una risita de ésas que echaba el Lindo Pulgoso. Y en otros más, supongo que con envidia... y deseos de ganarse una distinción semejante. Razón por la cual, suponemos, hubo tanta oposición a la misma.
Y es que la revista Forbes, en su edición de marzo sobre los multimillonetas que hay en este mundo, incluyó entre tan selecta concurrencia, ni más ni menos, que a Joaquín "El Chapo" Guzmán, conocido narcotraficante y protagonista de malos corridos, evadido de prisión desde hace casi ocho años, y en teoría poseedor de una fortuna de más de mil millones de dólares, lo que le valió ser incluido en tan reducida alineación.
Como decíamos, algunos círculos y cuadrados, especialmente en el área gubernamental, reaccionaron con horror e indignación ante la inclusión del Chapo en un listado que incluye a Bill Gates, Warren Buffet y Carlos Slim. Pero sobre todo, porque consideran que ello manda una señal equivocada, no sólo a los niños y jóvenes que sueñan con tener esas toneladas de dinero sin andar pirateando programas como lo hiciera Gates; sino a los rivales del Chapo, que han de estarse muriendo de la envidia de que él sí y ellos no. Y a lo mejor le van a dar más duro a la talacha de trasegar droga... o de intentar eliminar rivales. Vaya uno a saber.
Por supuesto, otros delincuentes, fundamentalmente dictadores bananeros (como Mobutu Sese Seko del Congo) ya habían aparecido en esa lista en años previos. Pero hasta donde sabemos, entre los narcotraficantes sólo Pablo Escobar había sido incluido.
Lo que motiva una serie de preguntas nada impertinentes. La primera: si el Chapo es el que se encarga de mover la droga, no de venderla, ¿no habrá alguien de ese detestable gremio todavía más rico que él en los Estados Unidos? Porque ni modo que el Chapo sea el distribuidor de cientos o miles de minoristas. Como que del otro lado del Bravo debe haber un tiburón de su calibre, o mínimo unas cinco o seis barracudas. ¿Y ésos por qué no están en la lista? ¿Y por qué no hay gangsta-raps (el equivalente gringo de los corridos) con los grandes narcotraficantes gringos como protagonistas? Pareciera que allá no hay Chapos ni Mayos ni Azules ni Pozoleros. Y entonces ¿cómo es el principal país consumidor de drogas del mundo?
Con otra: ¿cómo rayos calculan las ganancias de un negocio clandestino, criminal, transnacional, y en donde abrir la boca es sinónimo de que le abran a uno a balazos otros orificios? ¿En base a qué se hacen esos cálculos? ¿O será que Forbes tiene información que no tiene ni la DEA ni la SSP?
La verdad, la inclusión del Chapo en la lista no hace sino preguntarnos en qué mundo vivimos... y qué tanto sabemos realmente del mismo.
