MONTREAL.- En casi todas las familias hay favoritismos. Dos hermanos que se llevan mejor o una madre que prefiere a uno de sus hijos.
Jean Chrétien, quien fuera primer ministro canadiense de 1993 a 2003, decía al respecto de la alianza económica de su país con México y Estados Unidos: "somos mucho más que socios comerciales y vecinos, somos una gran familia."
En esta "familia norteamericana," hay, sin duda, un hermano dominante. Estados Unidos acapara la atención de México y la de Canadá por igual. En muchas ocasiones, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) funciona más como dos tratados bilaterales, uno entre México y Estados Unidos y otro entre este país y Canadá, que como un acuerdo trilateral. Poca atención se le da en Ottawa al Distrito Federal y viceversa. Y ello, pese a que Canadá es en efecto un importante socio estratégico para México.
De acuerdo con cifras del Ministerio del Turismo canadiense, México es el segundo destino turístico mundial preferido por los canadienses. De hecho, cada año más de un millón de canadienses visita México. De igual forma, México se encuentra entre los primeros cinco socios comerciales canadienses, al tiempo que el comercio bilateral entre ambos países ha registrado incrementos del 13% anualmente desde 1994, con lo que actualmente supera los 20 mil millones de dólares al año. Adicionalmente, hay unos 10 mil estudiantes mexicanos preparándose en prestigiosas universidades canadienses, al tiempo que más de 12 mil trabajadores agrícolas mexicanos laboran temporal y legalmente en Canadá cada año.
Recién llegado en febrero a la Embajada mexicana en Ottawa, Francisco Barrio, el político panista convertido ahora en diplomático, tuvo un recibimiento polémico. De la presentación de sus cartas credenciales,*The Globe and Mail, *el principal periódico canadiense en lengua inglesa,* *destacó el hecho de que el "nuevo embajador mexicano llegaba a Ottawa con una larga cola."
Y es que varios organismos de derechos humanos, tanto en Canadá como en México, protestaron su nombramiento debido a que como gobernador de Chihuahua (de 1992 a 1998) Barrio minimizó en varias ocasiones las denuncias sobre los asesinatos de cientos de mujeres en Ciudad Juárez, que, desafortunadamente nunca está de más recordarlo, ocho años de gobiernos panistas no han logrado detener.
Pese a no tener la experiencia requerida para ser diplomático, el contador Barrio tiene hoy una tarea fundamental. Como responsable de la relación bilateral con Canadá, Barrio carga la encomienda de acercar más a nuestros dos países y hay varias ventanas de oportunidad.
Stephen Harper, el primer ministro canadiense, y el presidente Felipe Calderón comparten más similitudes entre ellos que con el presidente Barack Obama. Ambos son políticos jóvenes, conservadores y de partidos de derecha.
Harper y Calderón han demostrado además un interés común en el medio ambiente y la llamada Alianza México-Canadá, firmada en 2004, todavía puede dar mucho más de sí para potenciar la relación bilateral.
En política exterior hay incluso varios puntos en común que pueden aprovecharse. Por ejemplo, Canadá y México han tenido una postura similar respecto a Cuba en los foros hemisféricos y Canadá necesitará el apoyo de México en breve.
Desde 2001, el Gobierno canadiense anunció que buscaría un asiento en el Consejo de Seguridad de la ONU para el bienio 2011-2012, pero aún no ha desplegado una campaña diplomática efectiva y la competencia es fuerte, ya que Portugal y Alemania están buscando agresivamente ese mismo asiento. El apoyo de México para que Canadá llegue al Consejo será fundamental.
En fin, para convertir las palabras de Chrétien en realidad se requiere trabajar mucho más fuertemente en una mayor profundización de la integración de América del Norte, pero sobre todo en un mayor acercamiento entre México y Canadá.
El TLCAN ha creado un marco de certidumbre para el comercio entre las tres naciones, pero está todavía lejos de haber creado una gran familia norteamericana...
Politólogo e Internacionalista
