Un atacante suicida talibán mató el miércoles a 23 personas en una mezquita al este de Kabul, entre las que se encontraban el subjefe de inteligencia nacional y el presidente de un ayuntamiento.
El ataque fue un duro golpe a la inteligencia afgana y subrayó la habilidad creciente del Talibán para realizar ataques complejos con objetivos claros.
La explosión ocurrió cuando una multitud asistía a una mezquita en la provincia de Laghman, a 100 kilómetros ( 60 millas) al este de Kabul, justo cuando los funcionarios se disponían a retirarse. La explosión destruyó también varios vehículos gubernamentales.
Un vocero del Talibán informó que un atacante suicida tenía como objetivo la muerte del subjefe de inteligencia, Abdulá Laghmani, de la Dirección Nacional de Seguridad.
El vocero del gobernador de Laghman, Sayed Ahmad Safi, confirmó la muerte del subjefe y la del presidente del ayuntamiento de la provincia de Laghman.
En el ataque murió también el director ejecutivo de la oficina del gobernador, dos guardaespaldas de Laghmani, y 18 civiles.
El Directorio Nacional de Seguridad es presidido por un tayik, y la muerte de Laghmani, pastún, podría exacerbar más las tensiones étnicas en el país mientras sigue el recuento de las elecciones presidenciales del 20 de agosto.
Con la mitad de los resultados, el presidente Hamid Karzai, pastún, aventaja a Abdulá Abdulá, mitad pastún y mitad tayik, pero considerado como candidato de esta última etnia.
La explosión mató a Laghmani, el director ejecutivo de la oficina del gobernador de Laghman, el titular del consejo provincial de Laghman, dos guardaespaldas de Laghmani y 18 civiles, dijo el vocero del gobernador.
Soldados estadounidenses acordonaron el lugar, frente a la mezquita principal de Mehterlam, que está en un mercado atestado. Safi dijo que Laghmani visitaba la mezquita para discutir planes de reconstruirla.
Los ataques suicidas del Talibán suelen hacer blanco en altos funcionarios del gobierno. Los milicianos han advertido a los afganos durante años que no ocupen cargos en el gobierno ni como maestros ni en las fuerzas armadas.
El Talibán está integrado por pastunes, y el ataque a un alto funcionario de seguridad pastún podría servir de otra advertencia a los afganos para que eviten trabajar para el gobierno.
La Dirección Nacional de Seguridad sufrió otro golpe en el norte del país. Un funcionario de seguridad que había sido secuestrado días antes a manos de milicianos talibanes, en la provincia de Kunduz, apareció colgado de un árbol en las afueras de la ciudad de Baghlan, informó el jefe policial de la provincia, Kabi Andarabi.
